Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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se apoyado. La falta de ese apoyo agravó el conflicto, que las<br />
llevó a la perversión.<br />
Esto parece <strong>cl</strong>aro. Pero, ¿cómo se explica que la menarquía<br />
las llevara a una aceptación mucho mayor de su femineidad,<br />
en contraste con todo lo que se dice generalmente<br />
del efecto traumático de la menstruación precisamente en la<br />
mujer de tendencias viriles que siente la envidia del pene?<br />
Melanie Klein describe las fantasías inconscientes de la niña<br />
de destruir el interior del cuerpo materno para despojarlo de<br />
su contenido de hijos y penes. Por esta razón puede surgir a<br />
su vez en la niña el temor de ser destruida interiormente. Es<br />
éste el mecanismo que encontramos en nuestras enfermas.<br />
Tanto Ana como Berta tenían una fijación oral intensa y ambivalente<br />
con su madre. Sus deseos hostiles de incorporarla total<br />
o parcialmente, destruyéndola, las angustiaban. Por sus<br />
sentimientos de culpa, proyectaban su propia hostilidad oral<br />
sobre la madre. Pero esta proyección equivale al temor de la<br />
agresión materna, como lo demuestra el sueño de la araña.<br />
La idea de no estar físicamente intacta por culpa de la madre<br />
es consecuencia de este temor. Esta idea primitiva es reprimida.<br />
Más tarde el descubrimiento de la diferencia sexual y<br />
de la propia falta de un pene es vivida como una castración,<br />
porque hace resurgir el antiguo temor de haber sufrido una<br />
destrucción interior, que se relaciona ahora con un daño genital.<br />
Otra enferma, al interpretarle su reproche contra su madre<br />
por la castración de un supuesto pene, me contestó: "No creo<br />
que reprocho simplemente a mamá mi castración, sino el<br />
haberme castrado mal.<br />
Ella no me ha hecho ni hombre ni mujer". Cuando, en el<br />
análisis, se discutió su temor a la sexualidad, surgió en ella<br />
una imagen de su infancia.<br />
Vio a su padre degollando una gallina -que asoció con<br />
pérdida del pene-, y después a su madre que, introduciendo<br />
la mano en el interior del animal, le sacaba las vísceras y los<br />
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huevos, vaciándolo totalmente. Siguió asociándolo con su incapacidad<br />
para dedicarse a estudios profundos, dando como<br />
razón que ella misma estaba vacía. La paciente expresó así<br />
los dos temores de castración de la mujer. El segundo está<br />
siempre ligado al temor a la esterilidad.<br />
Volvamos a nuestro problema principal. ¿Qué significado<br />
psicológico podía tener para nuestras enfermas la primera<br />
menstruación como señal de fecundidad, cuando sobrevino a<br />
pesar de todas sus dudas y temores? En primer lugar, fue vivido<br />
como una reconciliación con su madre, de quien recibían<br />
su madurez sexual, como un regalo inesperado e inmerecido.<br />
Equivalía a una absolución de su madre, la cual así les permitía<br />
ser como ella y tener hijos en el futuro. Esto, y el hecho de<br />
que sangrasen y sintieran ligeros dolores, aliviaba sus sentimientos<br />
de culpa. La hemorragia satisfacía también sus fantasías<br />
masoquísticas en una forma aceptable para su yo.<br />
Además, su sentimiento de triunfo y alivio provenía de no<br />
sentirse más como niñas, dependientes sino como mujeres<br />
capaces de renunciar a su dependencia homosexual de la<br />
madre.<br />
Eso mismo se puede observar en los ritos de iniciación<br />
que los primitivos realizan después de la menarquía para separar<br />
a la niña de sus padres, y especialmente de su madre<br />
(Winterstein l. c.). En muchas tribus la niña debe abandonar a<br />
la madre al aparecer la primera menstruación. Vive después<br />
con una mujer vieja, símbolo de la madre asexual, hasta que<br />
es entregada al esposo. En algunas tribus, durante la primera<br />
menstruación y durante los meses subsiguientes, se en<strong>cl</strong>austra<br />
a las niñas en una casita, una jaula o una hamaca. El<br />
abandonar este lugar, símbolo del seno materno, después de<br />
cierto lapso, corresponde a un renacimiento y significa la separación<br />
definitiva de la madre.<br />
Además la menstruación, como toda manifestación somática<br />
femenina, puede servir de arma contra la homosexua-<br />
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