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Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

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aparición de las grietas parece evidente que su perrito "Shugar"<br />

representaba sus pechos. Por su nombre, ya estaba<br />

asociado a algo dulce que despierta la gula de los niños.<br />

Entonces, los perros peligrosos que querían morder y<br />

comer a "Shugar" representaban a su hija, deseosa de morder<br />

y comer sus senos. Lina estaba obligada a exponerse a<br />

esta agresión de su hija. Sintió miedo. Pero ésta no irrumpió<br />

en su conciencia, sino que fue sustituido por las grietas, heridas<br />

causadas efectivamente por la boca y el hambre de su<br />

hija. Con la aparición de las grietas anticipó lo que su hija podría<br />

hacerle y calmó su angustia, porque las heridas en la<br />

realidad eran mucho menos peligrosas que las mordeduras a<br />

las cuales el perrito "Shugar" estaba expuesto en sus sueños.<br />

Simultáneamente sobornó a su superyó, representado en el<br />

mundo exterior por su marido, con la exhibición de su sufrimiento<br />

causado por las fisuras, logrando así su autorización<br />

de desistir de la lactancia peligrosa.<br />

Pero una vez a salvo de este peligro, surgió un sentimiento<br />

de culpa por lo que había hecho. Entonces se identificó<br />

con su hijita, expuesta al sufrimiento de un destete precoz.<br />

La niña amenazada de ser comida por los perros es ella, de<br />

pequeñita, la merced del hambre devoradora representante<br />

de la frustración oral temprana. (En el temor fóbico de que<br />

sus senos o la niña podrían ser comidos por los perros, existe<br />

la misma constelación psicológica y el mismo juego de identificaciones<br />

que ya estudiamos a fondo en el análisis del mito<br />

del "niño asado").<br />

Ambas enfermas, temiendo la agresividad oral, procedente<br />

de frustraciones sufridas en la propia lactancia, evitaban<br />

el contacto temido con su hijo por medio de la producción<br />

de grietas. Berta, expuesta por su historia a los mismos temores,<br />

recurrió a otro mecanismo. También sus sueños revelaron<br />

que temía la hostilidad oral de su bebé. Cierta vez éste<br />

apareció en un sueño, representado por un cangrejo -que era<br />

357<br />

el símbolo materno para ella (véase el sueño de la arañacangrejo,<br />

pág. 100)- y en otro como un cachorro de tigre: a<br />

éste asoció un tigre de juguete que su madre le había regalado<br />

en su infancia y con el cual se había identificado en sus<br />

juegos infantiles.<br />

Otra vez aparece, pues, el temor al hijo como resultado<br />

de una doble identificación. Éste representa tanto al cangrejo<br />

(la madre) como al tigre (la durmiente durante la infancia).<br />

Ambos animales son temidos por su agresividad oral.<br />

A pesar de su temor y aversión a la lactancia, no quiso<br />

renunciar a su función de amamantar. Sufría una intensa envidia<br />

al pene y tener leche significaba para ella ser potente.<br />

Además, su madre había fracasado como ama de leche.<br />

Quería demostrarle que valía más que ella; que sabía alimentar<br />

mejor a su hijo. Pero en el fondo se decidió a alimentarlo<br />

para que éste no la odiara como ella había odiado a su madre.<br />

Sin embargo, no podía darle el pecho. Temía la agresividad<br />

del cangrejo-tigre, temía el contacto íntimo, que para ella<br />

era incestuoso y de carácter homosexual. Recurrió entonces<br />

a una pequeña transacción.<br />

Alegando que el niño era perezoso en la succión, durante<br />

varios meses se extrajo leche artificialmente y se la dio al<br />

bebé con mamadera.<br />

La percepción inconsciente de la propia agresividad,<br />

respuesta a las frustraciones orales anteriores que fueron experimentadas<br />

como agresiones por parte de la madre, también<br />

puede trastornar de otra manera la lactancia, proyectándose<br />

la maldad de la madre sobre la leche. Reviviendo la<br />

propia lactancia se considera entonces la leche como una<br />

sustancia destructiva y peligrosa, no debiendo recibirla el niño<br />

por este motivo. Eso explica a opinión de muchas mujeres<br />

que encuentran su leche insuficiente y perjudicial para su hijo<br />

(4). Pero si la mujer logra sobreponerse a sus temores y ali-<br />

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