Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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hijos, que creía haberle robado, eran el resultado de su odio<br />
oral contra ella, de su propio deseo de vaciarla y del temor al<br />
castigo correspondiente. Por sus palabras despectivas referentes<br />
a que su padre no era viril, Ana expresó su reproche<br />
de que no sabía defenderla contra su madre y que lo consideraba<br />
un ser castrado por eso y por su propia hostilidad con él.<br />
En realidad, su padre era un hombre bondadoso, pero débil y<br />
masoquístico, sometido a la mujer, que dominaba en el hogar.<br />
Cuando Ana era una adolescente su padre enfermó de<br />
diarrea, que le sirvió de base para múltiples síntomas fóbicos.<br />
No podía ir ni a la peluquería, ni al teatro, ni viajar en ciertos<br />
vehículos por temor de que le viniera un deseo incontenible<br />
de defecar. Era el menor de tres hermanos y el único que no<br />
era universitario.<br />
Como carecía de hijo varón, esperó siempre que su hija<br />
obtuviera un título. Por consiguiente, para ella estudiar significaba<br />
también adquirir un pene. Hasta no ingresar en la facultad,<br />
las fobias de su padre no la habían afectado; cierta vez,<br />
durante el primer año de estudios, estaba sentada en una fila<br />
posterior del aula escuchando al profesor más temible del<br />
curso, de quien corría la voz de que era un adversario acérrimo<br />
de las estudiantes mujeres. Ana sintió repentinamente<br />
una gran angustia y necesidad de defecar. Tuvo que levantarse<br />
y abandonar el aula, bajo la mirada extrañada del profesor<br />
y de sus compañeros. Desde entonces padecía de diarreas<br />
como su padre. Éstas aparecían en todas las ocasiones<br />
en que estaba por emprender algo muy deseado, pero<br />
simultáneamente temido. Por ejemplo, cuando había de encontrarse<br />
con un hombre anhelado o cuando estaba por enfrentarse<br />
con personas importantes, con autoridades, etc. El<br />
contenido de este síntoma pudo ser interpretado en la forma<br />
siguiente: en su fantasía había robado el pene del padre.<br />
Cuando se encontraba frente a alguien a quien consideraba<br />
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fuerte y capaz de conquistar a su madre, surgía el mismo deseo<br />
de robarle. Necesitaba un pene para acercarse a su padre,<br />
para defenderse de su madre, para ser varón (ya que<br />
creía no poder ser mujer), pero, muy en el fondo, para unirse<br />
a su madre, amada y odiada simultáneamente. Por su deseo<br />
de robar el pene, de castrar al hombre con quien se enfrentaba,<br />
temía represalias, se sentía culpable y quería conseguir<br />
su benevolencia, arrepintiéndose y expulsando lo robado en<br />
forma de excrementos. Obtener un título sin ser varón o conquistar<br />
a un hombre interesante significaba, pues, robar al<br />
profesor o al amante su pene.<br />
Proyectando su agresividad sobre el objeto, se angustiaba<br />
y defecaba. Pero la defecación no tenía únicamente el<br />
sentido reparador de devolver lo robado, sino también un significado<br />
rencoroso, pues devolvía lo robado en forma desvalorizada.<br />
Ya no era el excremento duro en forma de bastón de<br />
su recuerdo infantil, sino un excremento destrozado, diarreico.<br />
Además, en su trastorno expresaba su identificación por<br />
sentimiento de culpa con su padre castrado y diarreico.<br />
Ana deseaba siempre tener hijos, deseo que compartió<br />
con su madre. Pero siempre dudaba también de su fertilidad.<br />
Efectivamente, fue estéril al principio de su matrimonio. Después<br />
se embarazó, para abortar espontáneamente en el segundo<br />
mes. El aborto se inició con una diarrea violenta. En el<br />
sexto mes de su segundo embarazo se encontraba en una<br />
situación exterior difícil. Se planteó el problema de separarse<br />
de su futuro hijo y dejarlo por un año al cuidado de su madre.<br />
Conscientemente estaba muy de acuerdo con sus familiares<br />
de que ésta era la mejor solución. Pero poco tiempo<br />
después de haber tomado tal decisión, empezaron contracciones<br />
uterinas y diarreas que, a pesar de toda la medicación,<br />
la llevaron a un parto prematuro con fallecimiento del niño.<br />
Unos meses más tarde se embarazó de nuevo.<br />
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