04.04.2013 Views

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pero con cierta tibieza. Los adolescentes tienen plena libertad<br />

sexual. Se considera la sexualidad como una diversión muy<br />

agradable para ambos sexos.<br />

Raramente ocurren tragedias pasionales. No hay ni frigidez<br />

(en el sentido amplio de la palabra) ni impotencia. Margaret<br />

Mead supone que esto proviene de la falta de amor individual<br />

y de la libertad con que se admite como norma y corriente<br />

cualquier juego sexual que nosotros consideraríamos como<br />

perverso.<br />

En Mundugumor (3) tanto hombres como mujeres son altivos,<br />

irascibles y enérgicos. Rechazan la maternidad, no<br />

quieren a los niños. Entre ellos se espera que la mujer experimente<br />

el mismo placer sexual que el hombre.<br />

Sin embargo, los actos sexuales se parecen más bien a<br />

una lucha que a un contacto amoroso. Para que una muchacha<br />

pueda disimular que ya tiene amante, se la aconseja en<br />

la forma siguiente: "Si tus aros se han desprendido de tus<br />

orejas, si tu falda está desgarrada o manchada, y tu cara y<br />

tus brazos rasguñados y con sangre, di que oíste un ruido en<br />

la manigua, que te asustaste y caíste al correr. De lo contrario,<br />

dirá la gente que te encontraste con un amante". Dice<br />

Margaret Mead que "...el amor en estos rápidos encuentros<br />

toma la forma de un violento abrazo y una pelea a mordiscos<br />

calculada para producir la máxima excitación en un mínimo<br />

tiempo". Supongo que la mujer de Mundugumor consigue en<br />

esta forma mucha gratificación sexual, pero no logra experimentar<br />

el orgasmo vaginal. También entre ellos hay personas<br />

inadaptadas a su ambiente. Margaret Mead nos cuenta la historia<br />

de Kwenda, cuya inadaptación consistía en su carácter<br />

maternal. Era tierna y cariñosa.<br />

Su marido la abandonó por otra porque ella se negaba a<br />

que matasen a su hijo recién nacido. Durante la lactancia de<br />

este niño su marido la dejó. Más tarde adoptó una niña, cuya<br />

madre no se sentía capaz de criar a dos mellizos simultá-<br />

191<br />

neamente. No encontraba ya marido porque no la estimaban<br />

y, además, porque temían a su irascible esposo. Vivía sola<br />

con las dos criaturas, pero no demostraba amargura y tenía<br />

un natural alegre y cariñoso. En Mundugumor, una sociedad<br />

en que la mujer experimenta placer sexual violento, Kwenda<br />

era, pues, considerada como neurótica por su carácter maternal.<br />

En las islas Marquesas (4), por la escasez de mujeres, el<br />

hombre tiene sumo interés en satisfacer a su compañera sexual.<br />

No es fácil de lograr.<br />

Kardiner dice al respecto: "Constituía el papel del hombre<br />

excitar a la mujer mediante cunnilingus y succión de los<br />

pechos hasta que alcanzaba aquélla un grado extremo de excitación<br />

y daba la señal de permitir el coito; esos preliminares<br />

estaban completamente desprovistos de ternura y con frecuencia<br />

llevaban aparejados arañazos y mordiscos de una y<br />

otra parte. Los juegos sexuales eran, al parecer, mucho más<br />

importantes que la verdadera experiencia orgástica. Todos<br />

los indígenas eran sexualmente potentes, pero la potencia de<br />

la mujer dependía de esos complicados preliminares, sin los<br />

cuales le era imposible llegar al orgasmo". En esta sociedad,<br />

desprovista de sentimientos maternales, la mujer es capaz de<br />

gozar, pero ese goce no proviene del contacto vaginal.<br />

Compararé antes, a pesar de las grandes diferencias<br />

evidentes, la cultura de las islas Marquesas con la nuestra.<br />

En ambas, la mujer ha adquirido igualdad de derechos con el<br />

hombre en lo sexual y lo social, a costa de una renuncia parcial<br />

a sus capacidades de maternidad. Es cierto que en muchos<br />

aspectos la situación vigente en las islas Marquesas parece<br />

una caricatura de la nuestra. Por otra parte, Kardiner<br />

sostiene que no existe la frigidez entre las indígenas, lo que<br />

revelaría una diferencia fundamental entre ambas culturas.<br />

En nuestra sociedad las estadísticas sobre la frecuencia de la<br />

frigidez en la mujer dan un porcentaje sumamente elevado.<br />

192

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!