Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
interne tranquila y confiadamente en una <strong>cl</strong>ínica de maternidad<br />
cuando sienta los primeros dolores, cediendo desde este<br />
momento toda responsabilidad y actividad a su médico partero,<br />
quien le prometió que no experimentará ningún sufrimiento.<br />
En ambientes más "progresistas" su situación va aún más<br />
allá. El partero determina cuándo debe producirse el parto,<br />
por mutua conveniencia de fechas.<br />
Cita a la mujer al sanatorio para un día prefijado e induce<br />
el parto. El parto inducido se desarrolla en esta forma: primeramente<br />
se aplica una enema a la paciente, después una<br />
serie de inyecciones, hasta provocar el comienzo del trabajo<br />
de parto. Entonces se anestesia a la mujer, para presentarle,<br />
horas más tarde, Cuando ella despierta medio confusa, dolorida<br />
e indiferente, su hijo desconocido, bien lavado y vestido<br />
con su mejor ropa (12).<br />
Racionalmente todo eso es hecho para proteger a la mujer<br />
contra los dolores y peligros del parto. La tendencia inconsciente<br />
propia de esta evolución de la obstetricia moderna<br />
parece ser la de despojar a la mujer en lo posible de toda participación<br />
consciente y activa en la experiencia única de dar a<br />
luz un nuevo ser, y de convertir este proceso en algo totalmente<br />
dirigido por el médico partero.<br />
Cuando Helene Deutsch discute esto (l. c.), da una interpretación<br />
interesante para esta tendencia: menciona los<br />
deseos infantiles y reprimidos del hombre de dar a luz. Denomina<br />
a la obstetricia moderna una pieza maestra de eficacia<br />
masculina que despoja a la mujer de su participación activa<br />
en el parto, y por eso, en un plano irracional, también de<br />
su monopolismo en este campo. Sospecha que el hombre, en<br />
esta forma, sin darse cuenta induce a la mujer a su vez a penetrar<br />
cada vez más en los campos de actividad que él re<strong>cl</strong>ama<br />
como genuinamente masculinos, contribuyendo así a<br />
la progresiva disminución de las diferencias psicosexuales y<br />
sociales entre los seres humanos.<br />
317<br />
La nueva obstetricia tendría entonces un parentesco psicológico<br />
con la "couvade" o con ciertos ritos de iniciación de<br />
los jóvenes que se practican en muchas tribus primitivas. Estos<br />
ritos y costumbres representan una expresión por parte de<br />
los hombres de su envidia a la mujer por su capacidad procreadora<br />
de nuevos seres y un intento de sustituirla en esta<br />
función.<br />
?Pero por qué se somete la mujer complacida a este intento¿<br />
La mujer que teme al parto, en su inconsciente teme a<br />
su madre airada y vengativa. En un plano más superficial, el<br />
médico, que lo hace todo, es el padre que la protege contra la<br />
ira de su madre. Pero en un plano más profundo, el entregarse<br />
sin conciencia en las manos del médico significa un sometimiento<br />
infantil a la madre mala y un intento de conseguir su<br />
benevolencia demostrándole debilidad y falta de agresividad.<br />
Las mujeres dejan al médico hasta la decisión de la fecha<br />
en que tendrán que dar a luz y que él induzca el parto<br />
con una enema. Es porque equiparan en su inconsciente al<br />
hijo con un excremento y vuelven a la posición de la niña pequeña<br />
que obedientemente da el contenido intestinal cómo y<br />
cuándo se lo exige su madre. Sin embargo, hablando con<br />
más etendimiento con las pacientes agradecidas a los médicos<br />
parteros modernos, es fácil descubrir su rebelión contra<br />
este trato. A Lina su médico le había fijado determinado día y<br />
hora para su internación con el fin de inducir el parto diez días<br />
antes de la fecha probable. En la noche anterior le hizo avisar<br />
por su enfermera que estaba ocupadísimo con una enferma<br />
grave y que por esta causa no podría inducir el parto a las<br />
ocho horas del día siguiente. La joven se durmió indignada<br />
para despertarse a las cinco de la mañana con dolores de<br />
parto, que iban rápidamente en aumento. Hubo de internarse<br />
exactamente a las ocho, obligando así al médico a atender el<br />
parto precisamente a la hora que él había fijado anteriormente<br />
y postergado después por resultarle incómoda.<br />
318