Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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demasiado vieja para reiniciar el trabajo que abandonó muchos<br />
años atrás, o para dedicarse seriamente a nuevas actividades.<br />
No es porque a su edad ya sería realmente imposible<br />
estudiar; pero no se ocupó en estudios sistemáticos desde<br />
hace mucho, ya que sus obligaciones no le dieron el tiempo<br />
necesario. Ahora, que tiene tiempo de sobra a su disposición,<br />
su mente ya perdió la costumbre de la disciplina.<br />
Entonces queda sola en casa, ociosa por primera vez en<br />
muchos años. Antes deseaba disponer de tiempo libre para<br />
ella. Ahora ya no sabe qué hacer de esta libertad. Su marido<br />
viene al mediodía, viene a la noche, pero las mañanas y tardes<br />
pronto le parecen interminables. Esta época crítica de su<br />
vida generalmente coincide con el <strong>cl</strong>imaterio. Según Margaret<br />
Mead, las reacciones depresivas no se deben principalmente<br />
a esto, sino a la situación descrita, por la cual tantas mujeres<br />
de nuestra sociedad tienen que pasar, por haber renunciado,<br />
en favor de la educación de sus hijos, a crearse valores y<br />
ocupaciones que pertenezcan ex<strong>cl</strong>usivamente a ellas.<br />
Esta es la reacción de la mujer que ha tenido hijos y se<br />
ha dedicado a ellos. Es cierto que la reacción de la mujer, que<br />
no realizó su maternidad, frente a la menopausia, es todavía<br />
más intensa, aunque tenga su profesión, su ambiente social<br />
bien establecido y otras fuentes más de gratificaciones. En<br />
este libro hemos estudiado las angustias profundas de la mujer,<br />
su temor inconsciente de no ser físicamente intacta por<br />
los pecados que cometió en sus fantasías. La prueba más<br />
contundente de su inocencia es que no ha sufrido castigo,<br />
que puede dar a luz un niño sano. Cuanto más una mujer rechace<br />
conscientemente la maternidad, más necesitará su inconsciente<br />
de esta prueba, y más la evitará por sentirse culpable<br />
e incapaz.<br />
Pero mientras la mujer no llega a la menopausia, consciente<br />
o inconscientemente se forja durante cada ci<strong>cl</strong>o menstrual<br />
la fantasía de gestar un hijo. Hasta que con la desapari-<br />
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ción de la menstruación se da cuenta de que todas sus fantasías<br />
ya son irrealizables, que pertenecen irremisiblemente al<br />
pasado. Esto es tan doloroso para ella que busca a veces por<br />
todos los medios mantener por lo menos la ilusión. Conocí<br />
una viuda sin hijos, ya cercana a los sesenta años, y menopáusica<br />
desde diez años atrás, que rechazó a un pretendiente<br />
tardío por el temor, como explicaba, de quedar embarazada.<br />
Sin embargo, hay excepciones: tanto la mujer muy reprimida,<br />
que sufrió mucho por su sexualidad insatisfecha,<br />
queda a veces aliviada frene al <strong>cl</strong>imaterio, que al fin la libra de<br />
toda obligación de cumplir con su feminidad, como la mujer<br />
muy infantil. Ésta, si no tuvo hijos porque pretendía ser la única<br />
niña muy mimada de su hogar, pasará bien por el <strong>cl</strong>imaterio<br />
siempre que logre perpetuar la actitud protectora de su<br />
ambiente hacia ella.<br />
La mujer que concentró todo su interés en el culto de<br />
sus atractivos físicos y la conquista del hombre es la que generalmente<br />
sufre más por el advenimiento de la vejez. Al estudiar<br />
la psicología de la frigidez vimos que ella intenta compensar,<br />
a través de su avidez sexual, su insatisfacción oral<br />
primitiva. Para ella la menopausia tiene carácter tan catastrófico<br />
porque representa algo como un destete irremediable y<br />
definitivo.<br />
Pero ¿por qué su atractivo físico es tan importante para<br />
la mujer? Freud explica que ella compensa su falta de pene,<br />
erotizando todo su físico. Pero repetimos que no es tanto la<br />
falta del pene como la imposibilidad de saber qué ocurre dentro<br />
de su cuerpo lo que la hace depender, a menudo ansiosamente,<br />
de la perfección de su belleza. Si está linda por fuera,<br />
lo será también por dentro. Y si lo es, eso implica que no<br />
atacó sus objetos dentro de ella, ni se hizo merecedora, en<br />
castigo por eso, de ser atacada y destruida. Ya para la niña<br />
pequeña ser linda o buena son prácticamente sinónimos. La<br />
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