04.04.2013 Views

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

es, sin que intentasen encontrar su explicación. La joven me<br />

dijo que al principio de su matrimonio no quería tener hijos y<br />

que sólo más tarde, cuando deseaba tenerlos, comprobó su<br />

esterilidad. Efectivamente, en los historiales de muchas estériles<br />

se encuentra que al principio de su vida sexual usaron<br />

medidas preventivas diversas. Más tarde, cuando consultan<br />

ya al ginecólogo por su esterilidad, éste suele decirles: "Es lo<br />

que pasa por haber pretendido ir contra la naturaleza. Ésta no<br />

permite que se juegue con ella y ahora toma su venganza".<br />

Generalmente, la mujer acepta sumisa esta explicación; podemos<br />

aceptarla también nosotros después de haberla despojado,<br />

por una interpretación, de su aparente sentido místico.<br />

Si sustituimos la palabra naturaleza por la de madre,<br />

ecuación simbólica que nos es bien conocida por diversos<br />

materiales, comprendemos que tanto el ginecólogo como la<br />

mujer han comprendido el problema instintivamente. La mujer<br />

estéril comprende que no puede tener hijos por haberse rebelado<br />

contra su madre. Ella no quería que su madre concibiera<br />

y tuviera hijos; ahora aquélla se venga y no permite la maternidad<br />

de su hija.<br />

A menudo la mujer que más tarde lo hará todo para curar<br />

su esterilidad, deprimiéndose gravemente por cada nueva<br />

menstruación, pasó los primeros años de su vida sexual obsesionada<br />

por su temor a embarazarse y esperando con ansiedad<br />

la llegada puntual del período. Pareciera que para ella<br />

tanto su posible fertilidad como su esterilidad desencadenasen<br />

el mismo caudal de angustia. Eso comprueba en primer<br />

término que su capacidad procreativa presentaba dificultades<br />

a estas mujeres aún antes de poder comprobar el hecho de<br />

su esterilidad. Además, que el embarazo, aparentemente tan<br />

deseado más tarde, fue muy temido en una época anterior; lo<br />

que explicaría que, aunque más tarde la mujer conscientemente<br />

quisiera que se produzca, su inconsciente siga tratan-<br />

275<br />

do de evitarlo con todos los medios psicosomáticos a su disposición.<br />

Podemos deducir de esto que para estas enfermas<br />

el embarazo ya no es un proceso biológico destinado a terminar<br />

en un nacimiento, sino una exposición a graves sufrimientos<br />

y peligros, que pueden llevar hasta la destrucción de su<br />

feminidad o a la muerte. Si a pesar de ello se deciden a embarazarse,<br />

fracasan, y se angustian tanto por su esterilidad<br />

porque la interpretan como comprobación de haber sido ya<br />

destruidas anteriormente. Esta destrucción, justo castigo de<br />

su hostilidad infantil, las angustia como una prueba de su culpa.<br />

La mujer estéril que quiere embarazarse suele oscilar entre<br />

dos posiciones igualmente penosas: teme la menstruación<br />

como prueba de su esterilidad y culpa, y teme la falta de la<br />

regla como indicio de embarazo, es decir, de la posibilidad de<br />

tener que sufrir sólo entonces su castigo. Por eso observamos<br />

su falta de alegría cuando finalmente queda embarazada.<br />

Hay un elemento frecuente en la historia de mujeres estériles,<br />

que falta en nuestro "historial típico", pero al que he<br />

aludido ya en páginas anteriores. Se trata de un acontecimiento<br />

trágico, ocurrido durante su infancia, que puede hacer<br />

creer a la niña en la eficacia y omnipotencia de su odio. Esto<br />

ocurrió en varias de las enfermas citadas. Silvia odiaba a sus<br />

hermanos y les envidiaba el alimento proporcionado por su<br />

madre. Su hermanito murió a raíz de un accidente trágico. Se<br />

cortó un dedo al romper su mamadera. Como sangraba mucho,<br />

su madre lo llevó al médico. Éste lo anestesió para coser<br />

la herida. El niño murió durante la anestesia. Es decir, murió<br />

por haber tomado la mamadera que Silvia le envidiaba. La<br />

señora L., siendo niña, enfermó de artritis y tuvo una cardiopatía.<br />

Cuando, más tarde, oyó decir a sus padres que por su<br />

corazón enfermo nunca debiera casarse y menos aún tener<br />

hijos, sintió que su hostilidad contra la madre, que tenía vida<br />

sexual e hijos, debió haber sido muy grande y peligrosa para<br />

276

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!