Maternidad y Sexo Estudio Psicoanalitico y - Comunitarios.cl
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concomitantes, y maduró psicológicamente, solucionando en<br />
forma adecuada los conflictos con sus padres.<br />
Resumiré brevemente el material <strong>cl</strong>ínico expuesto hasta<br />
ahora. He presentado el caso de Teresita, porque me interesó<br />
exponer directamente los pensamientos y preocupaciones de<br />
una adolescente respecto de la menstruación y de otros problemas<br />
relacionados con ésta. Evidentemente, Teresita es<br />
una niña enferma; pero, como ya dije, esto permite ver con<br />
más <strong>cl</strong>aridad procesos psicológicos que se desarrollan también,<br />
aunque con menos intensidad, en niñas menos neuróticas.<br />
Luego expuse el caso de Molly, en que Helene Deutsch<br />
demuestra cómo la menarquía puede desencadenar una neurosis<br />
grave, aun cuando la niña aparentemente no se haya<br />
impresionado por la aparición de su regla. Toda la sintomatología<br />
de este caso se desarrolló en un plano meramente psicológico.<br />
Vimos el caso de Adela, en el cual los conflictos<br />
menstruales derivaron a un cuadro psicosomático, la dismenorrea,<br />
acompañada de síntomas neuróticos y de la piel.<br />
La situación de Mary era parecida.<br />
Se produjo en ella, a causa de conflictos no solucionados,<br />
una amenorrea acompañada de un estado depresivo.<br />
Al cotejar la situación familiar de estas niñas, observamos<br />
que en todos los casos, menos en el de Molly -en el que<br />
faltan los suficientes datos-, se encuentra una situación familiar<br />
típica. La actitud rechazante de una madre fría provoca la<br />
hostilidad de la niña. Esta hostilidad se convierte en odio por<br />
los celos a otro hermano, preferido por la madre. La actitud<br />
seductora del padre atrae a la niña.<br />
Pero, como el padre es débil, la niña no se siente protegida<br />
contra la madre, a quien teme. Este miedo proviene del<br />
sentimiento de culpa causado por su rivalidad con su madre<br />
frente al amor paterno, y por su odio por el rechazo de su<br />
madre. Este odio y este sentimiento de culpa no le permiten<br />
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una identificación feliz con su madre, sino que la hacen temer<br />
su venganza.<br />
En los casos de Teresita y Mary, tanto el deseo de ser<br />
queridas por sus madres como el temor a ellas, las lleva al<br />
deseo de ser varón. Así, niegan también su temor, más profundo,<br />
de no poder ser ya mujer por estar destruidas interiormente,<br />
y lo reprimen para no tener que admitir que pueden<br />
haber perdido definitivamente la posibilidad de identificarse<br />
con sus madres y de tener marido e hijos.<br />
En los cuatro casos vemos lo observado anteriormente<br />
por Melitta Schmiedeberg (l. c.): que la comprensión instintiva<br />
del proceso biológico de la menarquía puede ser especialmente<br />
traumática, porque la niña adquiere así el temor de<br />
que todos sus deseos y juegos sexuales, hasta entonces inofensivos,<br />
en adelante pueden acarrearle consecuencias reales.<br />
el primer caso que expondré en el próximo capítulo tendrá<br />
la misma constelación. En los casos subsiguientes demostraré<br />
que esta misma comprensión de haber alcanzado la<br />
madurez sexual puede tener sobre la niña el efecto opuesto:<br />
el de calmar sus angustias irracionales. Además, en todos los<br />
casos se demostrará que los mismos conflictos que dificultaban<br />
la pubertad traen posteriormente a la mujer adulta trastornos<br />
psicosomáticos en las distintas etapas de su vida procreativa.<br />
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