R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes
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Las ovejas “pa” la costa<br />
en los trozos de don Diego no se puede entrar, pues no han ajuntado las almendras…,<br />
en aquella otra los “acarraderos” no son apropiados…, hay que<br />
ver la otra porque a esta le “ataca” mucho el sol por la tarde…, la huerta de la<br />
umbría es muy fría y el ganado no come…, en la otra huerta el sitio para beber<br />
el ganado no es bueno y tienen que bajar de una en una…, ”fulanito”, el de la<br />
Herradura, este año no va a los “Pajarsillos”…, el ganado de Galiote tampoco<br />
va a la Palmita porque no querían arrendarla, la huerta de debajo de La Culata<br />
tenía agua, pero había problemas con los herederos, que no dejaban abrevar el<br />
ganado…, que si patatín, que si patatán…, en las frías noches de invierno…<br />
Las cosas tenían que quedar bien amarradas y para el mes de San Juan cada<br />
pastor ya sabía en que huerta iba a pasar su rebaño el estío.<br />
Por el mes de marzo o principios de abril ya estaba mi abuela diciéndole a<br />
mi madre:<br />
-María hay que hacer el queso para el pastor, mira los días están en calentitos,<br />
las hierbas florecidas, es el momento.<br />
El queso se hacía de cuajo natural y un poquito de flor para que estuviera<br />
piconcito.<br />
LOS ÚTILES<br />
El pastor comienza a preparar sus utensilios: lo primero eran los zapatos, que<br />
había que encargar con mucho tiempo de antelación, en la zapatería de Lucena<br />
o en la del lomo de La Degollada. Los zapateros bajaban a la ciudad (Las Palmas<br />
de Gran Canaria) y regresaban a los dos o tres días trayendo las suelas, las tachas<br />
con cabeza, los hilos, etc…, y todo lo necesario para fabricar los zapatos “jerraos”,<br />
con unas cuantas filas de tachas en las suelas, que les permitían agarrarse mejor al<br />
terreno; sobra decir que no necesitaban llamar a las puertas, pues el ruido en los<br />
caminos y patios empedrados les anunciaba con bastante anticipación.<br />
La ropa se hacía nueva cada año: una chaqueta de lana del año anterior, forrada<br />
por dentro con franela o tela de Hamburgo, con todos sus bolsillos y sus<br />
respectivos pañuelos en cada uno; pantalones, camisas…, se revisaban todos los<br />
botones, los ojales, un sombrero nuevo; la calabaza de agua, que le habían sacado<br />
las pipas y endulzado con hinojos y que el zapatero le hacía la tapa y la correa, se<br />
amarraba al gollete para que no se perdiera. Hasta el perro, pues se elegía uno<br />
que estuviese bien enseñado y obedeciera al amo, se preparaba con un collar<br />
Gran Canaria<br />
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