08.05.2013 Views

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

30<br />

Fuerteventura<br />

Rescatando la memoria<br />

fuéramos fervorosos practicantes, sino para aprovechar el camino de regreso<br />

a casa, donde podíamos hablar e incluso llegamos a darnos la mano.<br />

Recuerdo de aquel tiempo vivamente, el fatídico día en que me dirigía a mi<br />

encuentro con Paco tras la cancela de mi abuela, el asalto de que fui víctima<br />

por parte de cuatro de mis primas. Sabían perfectamente, pues me constaba<br />

que me espiaban, que iba a verme con mi amor, y mi prima, Antoñita “el Tranco”<br />

que también bebía los vientos por Paquito, me propinó con ayuda de sus<br />

hermanas una tremenda paliza de la que aún en el alma me quedan cicatrices.<br />

Fue mi madrina quien consiguió quitarme a aquellos diablos de encima, pues<br />

vivía cerca y fue alertada por mis gritos de horror. No sé que hubiera sido de<br />

mí si ella, embarazada de ocho meses como estaba, no llega a acudir en mi<br />

auxilio.<br />

Ni siquiera pude contarle lo sucedido a mis padres, ya que hubiera tenido<br />

que dar muchas explicaciones. Opté por callarme, e intentar olvidar lo ocurrido<br />

y supliqué a mi madrina que guardara mi secreto. Proseguí mi relación<br />

como si nada hubiera ocurrido.<br />

Después de varios meses de mantener aquel inocente y reprimido no-<br />

viazgo, Paco comenzó a insinuarme, al principio sutilmente que quería hacer el<br />

amor conmigo. Él ya tenía pensado incluso dónde, bajo la higuera que crecía<br />

en el patio trasero de la casa de mi abuela. Me parecía la idea más descabellada<br />

que había oído nunca y me negué rotundamente.<br />

Transcurridos unos meses en los que él no cesaba en su insistencia y no se<br />

decidía a pedirme en matrimonio a mi padre, accedí, aunque sólo de boquilla,<br />

a su petición.<br />

Llegó la noche en que supuestamente me entregaría al hombre que amaba,<br />

pero algo dentro de mí me hacía dudar; no estaba segura de estar preparada;<br />

además, pensaba que no estaba bien que una muchacha soltera de dieciséis<br />

años se entregara libremente a un muchacho que aún no era más que un<br />

pretendiente. Estando en casa de mi abuela Carmela, esperando el momento,<br />

empecé a sentirme mal. Me invadió primero una sensación de pánico que me<br />

recorría el cuerpo y que no me permitía pensar con claridad. Después, se coló<br />

por algún rincón la duda de si realmente me quería o si tan solo pretendía<br />

aprovecharse de una cabecita loca, incauta, atrevida y enamorada. Así, a la hora<br />

estipulada y con todas estas dudas rondando por mi cabeza, abrí el enorme

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!