R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

Trayectoria de una profesión
El hecho real es que, disminuida como estaba psíquicamente, no pude
soportar la presión de tantos factores negativos y tiré la toalla: me retiré por
mi propia voluntad de un magisterio que no era el que yo conocía y había
practicado con amor durante cuarenta años: un magisterio basado en la interacción
de profesores, alumnos y padres, sin la influencia equivocada de
algunas personas que no saben cual es el verdadero cometido; ignoran donde
empieza y donde termina su libertad. Esto ocurría en enero de 1991.
He dejado para el final el gran factor positivo del colegio, mis compañeros.
Ellos eran extraordinarios. Se esforzaban en hacerme más llevadera mi
tarea. El Director y el Jefe de Estudios tuvieron conmigo un tacto especial,
favoreciéndome en alguna ocasión con una oportunidad de descanso. No
es de extrañar que, pese a mi corta permanencia entre ellos, me organizaran
un magnífico homenaje de despedida, saturado de profunda sensibilidad.
Una vez jubilada me invadía, como en todos mis momentos trascendentales,
la imperiosa necesidad de escribir. Mis poemas de entonces eran una reflexión
positiva sobre la meta lograda tras un trabajo muy largo y vocacional,
como puede apreciarse en el siguiente soneto:
EL OLIVO DE OLIMPIA
“Dichosa edad”, se ha dicho añorando el pasado.
Mas no quiero expresarme en presente y futuro:
Dichosa edad es esta en que a puerto seguro
se acoge la galera tras piélago agitado.
Dichosa edad es esta que, tras haber sembrado,
se ven llenos los trojes de santo pan maduro;
en que, la frente alta, lleno de orgullo puro,
puede decirse al mundo, con voz fuerte: ¡He llegado!
Solaz cuando la sangre es viva, ágil la mente,
el músculo capaz, el espíritu activo
y la cabeza enhiesta para ser coronada.
Gran Canaria
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