R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes
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Gran Canaria<br />
Rescatando la memoria<br />
amigas y que le han le gustado; la variedad era inmensa: “goros”, casas de<br />
planta circular (un vocablo definitivo, según ella), barranco (fonemas oscuros,<br />
era su opinión), “jibalguera” (“étimo” alegre como una feria, afirmaba),<br />
“tigotas”, el poder de los cielos en el idioma primitivo (una palabra, intimísta,<br />
esotérica) …<br />
Hoy la voy a encontrar, como ayer, como hace ya varios días, vistiendo una<br />
bata que darle el calificativo de vieja sería demasiado caritativo, sin peinar, y<br />
con unas ¡zapatillas de cuadros! que no sé de dónde las habrá sacado pero<br />
parece que las calza sintiéndose orgullosa de ellas. No parece mi abuela. No<br />
la reconozco.<br />
Consulté con su médico por si había caído enferma. Se trata de un hombre<br />
bueno y afectuoso que también cuidó mis enfermedades infantiles. Son<br />
muy amigos de toda la vida, como lo fueron sus padres y los padres de sus<br />
padres. Su relación se remonta en el tiempo, cuando -como la mayoría de las<br />
familias de Arucas- cultivaba la cochinilla, el tinte de color rojo como floreciente<br />
recurso económico de la época.<br />
-La cochinilla es un insecto hemíptero del que se extraía una materia<br />
colorante de color rojo. Su nombre científico es áurea grana –me explicaba<br />
mi abuela.<br />
-Áurea…, áurea –murmuraba yo.<br />
Y ella se echaba a reír alegremente al observar mis vacilaciones por pronunciar<br />
el nombre correcto.<br />
La amistad entre los antecesores del médico y los de mi abuela continuó<br />
en las siguientes generaciones cuando las tierras parduscas fueron plantadas<br />
con otros cultivos distintos: primero el de las altas cañas de azúcar y bastante<br />
más tarde, el de los platanales.<br />
Actualmente esa relación continúa. Y la confianza. Y el afecto mutuo.<br />
El médico fue a verla, comieron juntos, charlaron durante horas y después<br />
me informó de que estaba perfecta y de que se lo había pasado muy bien<br />
recordando tiempos pasados, amigos que ya no estaban y hablando de sus<br />
rocas y sus documentos casi medievales.<br />
Pero yo sigo encontrando extraña la actitud que mantiene Candelaria durante<br />
los últimos días. Cierro la puerta del aula y me dirijo hacia la salida sin<br />
experimentar ilusión por llegar a nuestra vivienda construida hace muchos