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R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

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Una foto en Marruecos<br />

Con los pies magullados y escaso de fuerzas,<br />

decidió dormir al refugio de un pajar que<br />

le ofrecieron un matrimonio de ancianos, advirtiéndole<br />

que sus compañeros ya hacía horas<br />

que habían cruzado por aquel pueblo.<br />

El cansancio hizo que se durmiera rápidamente<br />

sobre un montón de pastos segados.<br />

A altas horas de la madrugada, un ruido le<br />

sobresaltó. Alguien empujaba con fuerza la<br />

portezuela del pajar. Abrió sus ojos de golpe<br />

y pudo ver a dos miembros de las tropas marroquíes<br />

que, durante el Alzamiento Nacional,<br />

habían apoyado a los franquistas. Uno de<br />

ellos le apuntó a la cabeza.<br />

– ¡Tú eres rojo! –le gritó amenazante.<br />

– No,...no –respondió José, asustado, desde el suelo–. Yo estoy con Franco.<br />

– No. ¡Tú eres rojo! –le repitió, moviendo su fusil ante su cara, intimidándole.<br />

– “Déjale” –parecía decirle su compañero, mientras le tiraba del brazo–.<br />

“No es un desertor”.<br />

–¡Rojo! –volvía a decir, con los ojos llenos de ira.<br />

–No,... –se defendía José–. Yo soy de Franco. Yo vengo de Marruecos.<br />

Haciendo gestos para que no les disparasen, tomó aquella fotografía que se<br />

había hecho en la calle, rodeado por los niños de Alhucemas.<br />

–Mira,...mira –les dijo a sus captores, mientras les mostraba aquella imagen–.<br />

Vengo de Marruecos, vengo de Marruecos.<br />

–“Vayámonos” –sugirió el más tranquilo de los dos.<br />

Tal y como habían aparecido, los dos soldados marroquíes, se perdieron en<br />

la oscuridad de la noche. Con el susto en el cuerpo, José se aferró a su fusil y<br />

no volvió a cerrar los ojos durante el resto de la noche. Para él, la guerra acababa<br />

de comenzar en aquél momento, siendo amenazado por dos integrantes<br />

del mismo bando en el que iba a luchar.<br />

Ya con la claridad del día, se despidió de aquel viejo matrimonio y se dispuso<br />

a alcanzar a su batallón. Durante la mañana se encontró con otro soldado<br />

rezagado.<br />

Gran Canaria<br />

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