R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes
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Mis bailes, mis canciones, mis amores...,mi vida<br />
No diré que no fue difícil de entrada<br />
enfrentarse a las miradas, las<br />
sonrisas, los susurros, pero se trataba<br />
de “ellos” o de mí y como decía<br />
mi amiga Lola: “ya se cansarán”, y se<br />
cansaron, o encontraron un chisme<br />
más interesante con el que entretenerse.<br />
El hecho es que, después de<br />
un rato, cuando la orquesta ya había<br />
empezado a tocar, dejé de sentirme<br />
tan observada. Fue entonces cuando<br />
lo vi. Tan alto, tan moreno y delgado,<br />
y con aquellos impresionantes ojos<br />
verdes que iluminaban la plaza, pero<br />
claro, por muy atrevida que yo fuera<br />
sabía que no era una buena ocasión<br />
para pedirle que me sacara a bailar.<br />
Tenía que ser paciente y esperar<br />
hasta las fiestas de La Asomada, ¡hasta San Pascual!, las únicas fiestas en las que<br />
el hecho de que una mujer invitara a bailar a un hombre estaba permitido (que<br />
no bien visto) y eso era algo que, incluso “una cabecita loca y atrevida como<br />
la mía”, no podía olvidar. Aquella noche me fui a dormir soñando con sus ojos<br />
verdes.<br />
Como todo lo que se espera, por mucho que el tiempo se quiera demorar,<br />
San Pascual llegó. Fui contando los días, doscientos ochenta y dos eternos días<br />
con todas sus horas, minutos y segundos, hasta que llegó San Pascual. Durante<br />
todo ese tiempo hice ciertas averiguaciones acerca de aquel joven de ojos<br />
verdes que me había robado el corazón. Se llamaba Paco, tenía 19 años, era<br />
militar, conejero, prestaba sus servicios en el aeropuerto viejo, ya conocía a casi<br />
todos los muchachos de su edad desde el puerto hasta La Matilla y también<br />
caía bien a los no tan jóvenes. Era soltero, soltero, soltero. . .<br />
Sólo mi amiga Lola, y mi tía Teresa sabían de mis delirios amorosos por<br />
aquel conejero, así que fueron ellas quienes me ayudaron a arreglarme aquel<br />
día, a parecer una mujer de los pies a la cabeza. Me puse un precioso vestido<br />
Fuerteventura<br />
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