R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

Una infancia en Artenara: El jardín de Sofía
entera! Le dio como una chaladura y no veas con la rabia que retrocedía para
avanzar con más fuerza, fijándose, cada vez, un objetivo nuevo en forma de cristal.
Cuando me bajó, y asustada ante tal estropicio, me encerró en uno de los armarios
del mueble y abrió válvulas. Llegó calladita a la tienda como quien nunca ha roto un
plato ¡Me tuvo encerrada allí toda la tarde! Gracias a eso padezco de claustrofobia,
creo yo. ¡Claro, fue a mí a quien cogieron con las manos en la masa!
Y llegó con el Corazón de Jesús…Llegó en el preludio estival...Llegó desde
las medianías…Llegó para Sofía.
En aquel esperado día de fiesta aparecieron en Artenara dos jóvenes venidos
de La Retamilla. Sofía paseaba su hermosa figura y sus zapatos casi nuevos, junto
con su amiga Estrella. De refilón, las muchachas se fijaron en los forasteros.
- Yo le dije a Estrella que como se me acercara el del pelo lacio, me largaba rápido.
Ella no quería que la dejara sola y trataba de retenerme. No se veían muchas
caras nuevas en aquellas cumbres. Y fue así como conocí a Antonio, tu padre…
Han pasado bastantes años hasta poder oír esta historia como yo deseaba.
Sofía, mi madre, se ha prestado a contarme sus cosillas de la juventud. Y me ha
explicado, con mucha emoción, cómo conoció a mi padre. Nunca antes lo había
Gran Canaria
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