R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes
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Introducción<br />
celona; y un piano de cola en el que tocó Manuel de Falla en su estancia en<br />
Arucas en casa de don Pedro, en su viaje a Buenos Aires. Don Elías vivió con<br />
sus hermanas Francisca y Dolores hasta su muerte en la casa situada junto<br />
a la de don Pedro, y que fue diseñada por su hermano don Manuel, ingeniero<br />
de Caminos Canales y Puertos, que viajó a Cuba con don Elías, donde<br />
estudió el bachillerato en el colegio cubano de los Padres Escolapios. Don<br />
Manuel intervino y diseñó el famoso puerto y malecón de La Habana. Todos<br />
ellos nacieron en Arucas. Hoy esta hermosa casa es residencia de Paloma<br />
Caubín y su hermano Alfonso, hijos de Julio y María Ascensión, nacida en<br />
Madrid de padre vallisoletano y madre burgalesa, y de la que puedo decir<br />
que es casi perfecta porque perfecto del todo sólo es Dios.<br />
Había que volver y de pronto ¡otra noche sin cenar! ¡Ahora sí que era<br />
de las buenas! Miré y dije ¿por qué no me llamaste la atención cuándo dio<br />
la media el reloj de la iglesia? Creo que casi son las nueve, contestó, pero<br />
estabas tan ensimismado y yo escribía tus pensamientos, que tampoco anduve<br />
diligente. Fuimos corriendo, pero con mucho fuera de hora, llegamos<br />
a una segura tormenta, en la que la cena era lo de menos. El castigo fue de<br />
una semana sin salir por la tarde. ¡Qué soledad me esperaba! ¿Por qué en<br />
esas tardes los minutos eran horas y los días semanas? Al final amaneció, el<br />
castigo rigurosamente cumplido, y la alegría de volver a Riquiánez me llenó<br />
de renovado gozo.<br />
La siguiente vez que subimos a Riquiánez fue en el mes de junio, día de<br />
San Juan, fiesta solemne para todos, pero especialmente para los estudiantes<br />
porque se iniciaban las vacaciones, y era razonable dar gracias al Santo<br />
por habernos echado una mano en los terribles exámenes de tercero de<br />
bachillerato, que eran palabras mayores, y en La Salle eran especialmente<br />
exigentes pues el siguiente curso era el último año, al no contar el colegio<br />
con el bachillerato completo que había que realizar en Las Palmas de Gran<br />
Canaria.<br />
Habrá deducido el lector perspicaz que no debía ser muy buen estudiante,<br />
al tener que asistirme de ella para mejorar mi lenguaje y mis<br />
expresiones. Prometí que rectificaría al año siguiente, y así fue, porque don<br />
Elías Hernández me daría un gran repaso, poniéndome en situación de<br />
navegar solo.<br />
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