R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes
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Gran Canaria<br />
Rescatando la memoria<br />
Congreso Eucarístico Internacional. Entonces nos hizo cerrar el álbum, y me<br />
pidió a mí, con el álbum en ese momento en mi pupitre, que leyera la inscripción<br />
de portada. Aunque parezca mentira, puesto que la memoria tiene que<br />
hacer un poco más de esfuerzo para recordar una frase en latín, recuerdo<br />
perfectamente lo que decía: “Ut signaculum super cor tuum”. “Como un sello<br />
en tu corazón” —nos ayudó a traducir el Hermano Algi. “Es una expresión<br />
preciosa de El Cantar de los Cantares”— añadió el hermano. Y no dijo más<br />
al respecto.<br />
En cualquier caso, estaba entusiasmado. Nos había reservado la inscripción<br />
de su álbum para el final. Para cuando hubiéramos entendido lo que<br />
significa “un sello”. El Hermano Algi nos propuso entonces un trabajo para los<br />
próximos cuatro o cinco meses. Y nos prometió una concesión “universal”<br />
de vales, si nos veía poner nuestra alma en el proyecto. Simplemente quería<br />
que diseñásemos, con la colaboración de todos en la clase, un esquema para<br />
hacer una alfombra para el Corpus de ese año.<br />
El Hermano Algi nos confesó que desde su llegada a Arucas, el día del<br />
Rosario de 1957, había leído, y comentado en conversación con muchos,<br />
sobre la pasión y el fervor popular de la buena gente de Arucas por la fiesta<br />
de El Corpus. Aunque en los últimos años parecía que había decaído un<br />
poco —le decían que desde la muerte del anterior capellán de La Salle y<br />
cronista de Arucas—, estaba dispuesto a que nuestro amor por El Corpus,<br />
por la Eucaristía, calara en nosotros, en cada uno de sus alumnos, “como un<br />
sello en nuestro corazón”.<br />
Puedo aún recordar cómo hablábamos entre nosotros de las ideas que<br />
nos iban surgiendo para el proyecto de la alfombra de nuestra clase. En casa,<br />
era también tema de conversación. Ya habíamos descubierto con qué tipo<br />
de materiales contábamos: flores, borras de café, ramas cortadas, semillas... La<br />
máquina joven de la creatividad y el entusiasmo estaba en marcha. Pero no<br />
podíamos olvidar el día a día de nuestros deberes, como tampoco el mundo<br />
se pararía para contemplar y respetar los planes de nadie. Y así, en plena<br />
actividad del proyecto de El Corpus, nos sorprendió a todos, en Arucas, en<br />
toda la isla, y en muchas partes del mundo, una epidemia de gripe. La “gripe<br />
asiática”. La misma sombra y el mismo miedo del que hemos oído hablar en<br />
los últimos años. El mismo ángel exterminador que menguó la población de