R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

Semana Santa aruquense (1950-1970)
ciaban el Aleluya de la Resurrección. Terminada la misa, en la procesión bajo
palio de Jesús Sacramentado. Todo estaba preparado, las calles cubiertas con
hierbas aromáticas, la Plaza de San Juan y sus calles adyacentes adornadas con
banderas, las niñas con sus ropas de ángel, portaban bandejas llenas de flores
para ir cubriendo con pétalos el camino del Señor. Cuando Jesús Sacramentado
llegaba a la puerta mayor de la iglesia los cantos eucarísticos, que resuenan en
el templo, se confundían con las notas vibrantes del Himno Nacional, que la
Banda de Música tocaba en la calle mientras el pueblo, rezaba y cantaba. Así, de
ésta manera, estimados lectores, terminaban los actos de la Semana Mayor en
nuestra ciudad en la década de los años cincuenta del pasado siglo, que he querido
recordar con todos ustedes bajo los designios del párroco don Francisco
Hidalgo Navarro y sus ayudantes sacerdotes, don Juan Guzmán y don Francisco
Melián.
CURIOSIDADES:
En la década de los cincuenta en las diferentes procesiones de Semana Santa
la Virgen de los Dolores no llevaba aún el palio con el que, a partir de los años
sesenta luce, así como su nueva corona. Doña María Teresa Suárez ha sido durante
cincuenta y seis años la persona que se ha ocupado del cuidado de la imagen,
de su vestimenta y arreglos y, su marido don Bernardino Matos (q.e.p.d.),
el encargado de dirigir a los costaleros que la portaban. El Santo Sepulcro en la
década de los cincuenta estaba construido de madera y con cristales (tipo urna)
y el Cristo en él depositado que salía en procesión era el que se descendía de
la Cruz en la ceremonia del Viernes Santo. Cada uno de los pasos estaban bajo
el cuidado de familias que, a su vez, se hacían cargo de los gastos derivados de
su ornamentación y traslado procesional.
La ceremonia del Jueves Santo era la más concurrida, pues aparte de los oficios
de la tarde y de la procesión estaba la adoración a Jesús en el Monumento,
confeccionado por las manos expertas de Alberto Marrero y Manolito Falcón.
El programa de Semana Santa del año 1951, con respecto al Monumento dice
lo siguiente:
Un arcón dorado, mezcla de sepulcro y de joyelero se destaca en el centro
de la capilla del Santísimo. La mesa de altar desaparece. Candelabros, blandones,
búcaros, cirios, flores, damascos, plata, lúcida cristalería…. Todo un conjunto rico
Gran Canaria
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