R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

Semana Santa aruquense (1950-1970)
mudos sollozos que se ahogaban en
sus pechos.
JUEVES SANTO
A las diez de la mañana había santa
misa, y luego el traslado del Santísimo
Sacramento y despojo de altares.
Durante todo el día y hasta altas
horas de la noche se rezaba ante el
Monumento. Lo hacían, por turno, los
miembros del Apostolado de la Oración
y Hermandad del Carmen, Marías
del Sagrario y Señores de la vela.
A partir de las tres de la tarde, el sonido
de campanas era sustituido por el
ruido de la matraca en señal de duelo
por la muerte de Jesús. La matraca, un
artilugio colocado en la azotea de la
iglesia, era como una gran rueda de molino que tenía una serie de martillos
que golpeaban sobre una base metálica cuando se le daba vueltas con una gran
“manivela”. Hasta hace poco tiempo se conservaba, aunque en muy mal estado.
Se tiene la intención de reproducir tal artilugio para exponerlo como parte de
la historia de nuestra Semana Santa.
La tarde del Jueves Santo era no laborable, se cerraban los cines hasta el
Domingo de Resurrección, la radio solo emitía música sacra y el cuadro de
actores de Radio Nacional de España interpretaba, por capítulos a través de las
ondas, los principales momentos de la Pasión y Muerte de Jesús, prestándole
mucha atención a las voces de los que interpretaban sobre todo a Jesús y a
Judas Iscariote. A los fieles se nos recomendaba mucho recogimiento, hasta tal
punto que procurábamos no cantar siquiera.
A las cinco de la tarde comenzaban los actos religiosos: rosario, lectura, sermón
y a continuación la procesión con las imágenes del Crucificado, la Dolorosa
y la Magdalena (obra del imaginero valenciano Espuig) hasta el Calvario. A partir
de las nueve y media de la noche, Hora Santa.
Gran Canaria
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