08.05.2013 Views

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

R LA MEMORIA 8 2008.indd - Adipymes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

¿Quién se olvidó de Carmita Brito?<br />

locales, como fue la de Evaristo, otra panadería conocida de la zona.<br />

Pronto empezó a venir una harina enriquecida que aumentaba más el tamaño<br />

del pan en la horneada, por lo que se decía que “rendía más”. No se<br />

usaba matalahúga, pero sí levadura.<br />

Y así se fabricaba pan pequeño, de un cuarto de kilo; y el pan redondo,<br />

de medio y un kilo, que era el preferido por las familias porque salía más rentable.<br />

El comercio también se abría a la misma hora que la panadería, aunque los<br />

hábitos de compra de aquel tiempo<br />

eran muy diferentes a los de ahora; se<br />

hacía la compra semanal, después de<br />

salir del trabajo, de jueves a domingo.<br />

La clientela siempre fue mayoritariamente<br />

femenina, porque había<br />

cierto pudor de los hombres a mezclarse<br />

en lo que antes se consideraban<br />

“labores de mujeres”. Los hombres<br />

que entraban, solían ir acompañando<br />

a sus esposas para ayudarlas a portar<br />

la compra.<br />

De aquella época, recuerdan las hermanas Ruiz Brito a una clienta llamada<br />

Amalita, que venía del Camino de la Cruz, en la montaña, con una cesta enorme<br />

de caña y que, metódicamente, venía a hacer la compra los martes a última<br />

hora con su marido, quien, mientras ella era atendida, aprovechaba para charlar<br />

con Rafaelito en la panadería. De él destacaban lo tremendamente simpático<br />

que resultaba con sus bromas y chanzas.<br />

Ahora que ha vuelto la moda de reciclar y reutilizar, hay que recordar que<br />

hasta mediados de los años setenta, la clientela traía los recipientes en los que<br />

transportaban productos como el aceite o el petróleo. La dependienta marcaba<br />

la medida que pedía el cliente, y a través de una bomba y una manguerita,<br />

le vertía el producto en el envase que traían: una botella de vino de cristal<br />

ahumado, o una de anís vacía.<br />

También traían al comercio lecheritas de aluminio para comprar las aceitunas<br />

del país que Carmita cortaba y preparaba con un mojo casero de agua, sal,<br />

Gran Canaria<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!