PERSPECTIVAS - International Bureau of Education - Unesco
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de escuelas de misioneros, y crearon sus propias escuelas privadas, siguiendo el modelo<br />
angloamericano o, las más de las veces, el francés. “Cada grupo se ocupaba de sus propios<br />
asuntos en materia de educación, lo cual condujo al establecimiento de una tradición en la que<br />
cada comunidad se encargaba de educar a sus propios hijos como y donde quisiera”<br />
(Quobeisy, 1998). La ley especial sobre educación promulgada por los otomanos en 1869<br />
para introducir una distinción entre escuelas “públicas” creadas y administradas por el<br />
gobierno y escuelas “privadas” administradas por grupos civiles no cambió esta situación. Por<br />
el contrario, la ley condujo a un mayor desarrollo del sector de la educación privada y<br />
comunitaria puesto que los padres de familia consideraban que la escuela pública (otomana),<br />
en la que se enseñaba el turco, era extranjera.<br />
El número y la influencia de las escuelas públicas otomanas eran limitados, y la mayor<br />
parte de ellas consistía en una sola aula a la que acudían alumnos de diferentes niveles de<br />
aprendizaje. Es evidente que el gobierno otomano no consideraba la educación como un<br />
instrumento de fomento de la unidad social entre los libaneses y simplemente mantuvo la<br />
estructura confesional y comunitaria existente. Las escuelas privadas, creadas principalmente<br />
por los grupos religiosos, perpetuaron también la división confesional entre los jóvenes<br />
libaneses, ya que reflejaban las opiniones y los objetivos de las distintas comunidades<br />
religiosas, sin promover ningún sentido de la unidad social a nivel nacional.<br />
Los conflictos violentos que estallaron en Líbano durante el siglo XIX son la prueba del<br />
carácter pronunciadamente confesional de la sociedad libanesa de aquella época. Sin<br />
embargo, la educación superior recién establecida estaba produciendo una nueva manera de<br />
pensar en una élite intelectual modernista. Esto se aplica en particular a las dos universidades<br />
fundadas en Beirut: la Universidad Americana de Beirut (AUB) en 1866 y la Universidad de<br />
San José (USJ) en 1875. En reacción a la desintegración social basada en la religión, un grupo<br />
de estudiantes de la AUB creó la “Organización secreta de Beirut”, que fue el primer partido<br />
político organizado del Oriente Medio -con ramificaciones en Trípoli, Sidón y Damasco- en<br />
preconizar la unidad popular en el marco sociopolítico del panarabismo. Sus fundadores<br />
comprendieron que la supervivencia suponía un compromiso con otras comunidades<br />
religiosas y que ningún logro político sería posible sin la cooperación entre cristianos y<br />
musulmanes. Este grupo fue un “modelo” para otros grupos que procuraron más tarde<br />
trascender las barreras confesionales de la sociedad libanesa. Todos ellos constituyeron el<br />
“producto positivo” de la educación en el Líbano, pues fueron hombres y mujeres jóvenes<br />
entregados a la causa del bienestar de toda la sociedad.<br />
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