PERSPECTIVAS - International Bureau of Education - Unesco
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torturador vaciaba lentamente un vaso de agua fresca en el piso. ‘¿Por qué hace usted eso?’ El<br />
asesino contestó: ‘En este lugar no existe el porqué’”. Steiner concluye que este incidente<br />
caracteriza “con una concisión y claridad diabólicas el divorcio entre la humanidad y el<br />
lenguaje, la razón y la sintaxis, el diálogo y la esperanza”. “En rigor, no había nada más que<br />
decir.”<br />
El poeta Paul Celan descubrió la “contrapalabra” para combatir las fuerzas de<br />
destrucción del lenguaje, la “majestad del absurdo” que, en la desesperación extrema, también<br />
aporta pruebas de “la presencia de la humanidad”. El escritor satírico austriaco Karl Kraus<br />
practicó el principio del silencio elocuente y creyó, tanto en 1914 (al comienzo de la Primera<br />
Guerra Mundial) como en 1933 (cuando la oscuridad del nacionalsocialismo se cernía sobre<br />
Europa), que el silencio de un autor satírico generalmente locuaz resultaría estremecedor en el<br />
fragor de la época. El premio Nobel Elias Canetti, incluso después de la destrucción<br />
nacionalsocialista del lenguaje, confiaba en que la poesía todavía tenía el poder de<br />
transformar acontecimientos pasados para convertirlos en presentes. Pero pese a todo, pienso<br />
que George Steiner tiene razón: el “movimiento de la argumentación” pr<strong>of</strong>éticamente<br />
propuesto por los “críticos del lenguaje y abogados del silencio centroeuropeos” al comienzo<br />
del siglo XX es un “desplazamiento sísmico” en el continente de la existencia humana. Según<br />
Steiner, “este desplazamiento, esta ola dirigida contra las palabras, tendrá consecuencias más<br />
graves y de mayor alcance que cualesquiera otros en la época moderna. Sí, es posible incluso<br />
que defina la esencia de la era moderna como la que ‘viene después’. Si al comienzo era el<br />
verbo, como se sostiene en nuestro sistema de creencias hebraico-helénico, el fin verá una<br />
‘muerte del lenguaje’ y silencio”. En nuestra cultura (al menos en la cultura dominada por las<br />
religiones monoteístas), incluso el propio “postulado de la existencia de Dios [...] es, en un<br />
sentido pr<strong>of</strong>undo y absoluto, un acto verbal” (Steiner). Referirse a Dios significa siempre<br />
hablar de Dios. El hecho de que el Dios invisible hablara a Adán, Abraham, Moisés y los<br />
ancianos es un elemento esencial de las experiencias religiosas de la humanidad, el modo en<br />
que experimentamos a Dios, el vínculo existencial entre el lenguaje y la posibilidad de creer.<br />
“Mucho me temo” decía Friedrich Nietzsche en El crepúsculo de los ídolos, “que no nos<br />
hemos librado de Dios porque todavía tenemos fe en la gramática”.<br />
La idea de la universidad<br />
La definición de las eras moderna y posmoderna brevemente presentada aquí como el camino<br />
que va de las palabras a las cenizas, como el repliegue, la retracción de las palabras y el<br />
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