El placer de aprender - Reforma Preescolar - Secretaría de ...
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otros seis, <strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 10 integrantes, se sumaran a la tarea.<br />
Después <strong>de</strong> muchos intentos frustrados, el resultado fue<br />
el siguiente: piezas amontonadas, una sobre otra, algunos<br />
sostienen lo que consi<strong>de</strong>ran es parte <strong>de</strong>l robot. Todo esto<br />
dificultó culminar la tarea.<br />
Percibí malestar en Emiliano, observé <strong>de</strong>sagrado y frustración<br />
ante el resultado. Posiblemente no era lo que tenía<br />
en mente. Isaac y Víctor gritaron ¡cállense!, queriendo solucionar<br />
el problema <strong>de</strong> respetar las reglas. Deseaban que<br />
los otros compañeros escucharan sus i<strong>de</strong>as y aportaciones,<br />
pero la bulla era mucha. La respuesta que recibieron fue:<br />
cero atención, más bulla.<br />
En general el equipo <strong>de</strong> varones no tomó en cuenta que<br />
las piezas se ensamblan, que fijar la atención en el material<br />
facilita el reconocimiento <strong>de</strong> las formas y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
culminar mejor la tarea; en general, enfrentaron varios problemas:<br />
unos niños querían ser lí<strong>de</strong>res y los otros no aceptaron<br />
seguir sus instrucciones, nadie escuchaba a los otros.<br />
Pedí la palabra, así evité que continuaran discutiendo,<br />
peleando, arrebatándose los materiales. Hice la observación<br />
para que tomaran en cuenta las reglas y los acuerdos<br />
que permanecían a la vista <strong>de</strong> todos y que ellos no estaban<br />
consi<strong>de</strong>rando, a pesar <strong>de</strong> que contribuyeron a su establecimiento.<br />
Los niños se dirigieron al tapete, colocaron<br />
sus brazos sobre la espalda <strong>de</strong>l compañero “acuerpándose”<br />
−abrazándose, apoyándose− los 10 integrantes hablaron;<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un momento <strong>de</strong>cidieron volver a empezar. Se<br />
tomaron su tiempo para construir el robot.<br />
Las niñas continuaron observando y registrando, se<br />
reían y comentaban entre ellas. No logré escuchar lo que<br />
<strong>de</strong>cían, pero a ellas les provocaba gracia. En su registro, Migdal<br />
<strong>El</strong>izabeth tomó nota cuidadosamente: quiénes están a<br />
su alre<strong>de</strong>dor, dibuja algunas piezas <strong>de</strong> las que usan los niños,<br />
registra lo que dice Emiliano mientras construyen en el<br />
equipo (ver imagen 2).<br />
En el segundo intento los varones lograron ponerse <strong>de</strong><br />
acuerdo, pero continuaron sin observar las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
material, por lo que al <strong>de</strong>cidir que habían terminado y soltar<br />
las piezas que alternadamente cada uno había colocado, comentaron<br />
lo siguiente:<br />
Isaac: Emiliano sólo quiere mandar y si no obe<strong>de</strong>cemos<br />
se enoja.<br />
Carlos: Nadie obe<strong>de</strong>ce; todos quieren poner las piezas<br />
y así no queda. Primero uno, <strong>de</strong>spués otro.<br />
Emiliano: Sí quedó ¡súper! Es un robot. Éstos… (señala<br />
la parte superior), aquí están los ojos.<br />
Cuando Emiliano trató <strong>de</strong> señalar los ojos se recargó en<br />
lo que llevaban construido y todos los bloques cayeron al<br />
piso. Nos reímos y los cuestioné acerca <strong>de</strong> ¿por qué se cae?<br />
Algunas respuestas: ¡porque no está bien!, ¡le falta fuerza!,<br />
¡no se pue<strong>de</strong> pegar!<br />
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