compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 97
dos como rebaños de bestias, ó condenados á
perecer en el circo como gladiatores, ó á es­
pirar en los dientes de los tigres y leones
en los espectáculos. El cálculo mas moderado
es que el número conocido de los que pe­
recieron con muerte violenta durante esta guer­
ra, y en un pais pequeño como la Judea, as­
ciende á un millón quatrocientos quatro mil
quatrocientos noventa, sin contar los que mu­
rieron de pena y de miseria, ó víctimas de
otros azotes inseparables de una revolución tan
sangrienta.
Juan y Simón habian buscado retiros tan
ocultos que no pudieron hallarlos: Juan fue
el primero que salió del suyo á impulsos del
hambre : pidió á Tito la vida, y se la con­
cedió. Quando ya nadie pensaba en Simón, vie­
ron pasado mas de un mes que de repente se
presentó en las ruinas del templo una especie
de fantasma vestida de blanco con un manto
de púrpura : este era Simón, á quien al pun­
to encadenaron, y uno y otro fueron reser­
vados para el triunfo de Tito ; en el que,
después de la ceremonia, Simón fue azotado
con varas, y degollado: á Juan le condena­
ron á prisión perpetua. ¡ Terrible lección pa­
ra los engañadores, y los pueblos que se de-
TOMO IV. G