compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 2 6$
bondad y mansedumbre, que parecía que el
pueblo encantado con su conducta se olvida­
ba de que hubiese Tribunos en la república.
Ademas de la obligación de no hablar de nue­
vas leyes, se habían impuesto el Senado y el
pueblo la de no continuar mas de un año en sus
magistraturas. Contra esta obligación eligieron
los Comicios los mismos Tribunos, y el Sena­
do queria por represalias perpetuar sus Cón­
sules; pero á esto se opuso Cincinato, diciendo:
La ligereza del pueblo no debe servirnos á no­
sotros de regla ; y despidiendo las fasces, se
volvió á su choza.
Presto tuvo que dexarla por una cir­
cunstancia que tenia muy asustada á la repú­
blica. El Cónsul Minucio se habia dexado en­
cerrar por los Volscos en un desfiladero, de
donde era imposible salir, y por consiguiente
habia de perecer el exército. ,, Necesitamos
un Dictador, decían á gritos los Romanos, y
debe serlo Cincinato." Quando este vio des­
de lejos á los diputados que le llevaban el
decreto de elección , precedidos de veinte y
quatro lictores , dexó la ropa del trabajo ; y
poniéndose otra mas decente , salió con toga
a recibirlos, y les dixo: ¿ Qué noticias me
traéis de Roma ? Roma, respondieron, nuestra