compendio

344 COMPENDIO
No puede admirarse dignamente el valor
con que los Numidas y otros Africanos se
entraron por aquellas rocas cubiertas de nieve
y hielo. No solamente tuvieron que combatir
con todos los horrores de la naturaleza
, con arroyos, precipicios y bosques impenetrables
, sino también con los rústicos
montañeses de aquellos países. Los régulos
de estos montes se juntaron, asustados al
ver un exército cuyo destino ignoraban, y
guarnecieron de tropas las alturas, desde las
quales echaban á rodar grandes piedras; y
así tenian que pelear los Africanos á un mismo
tiempo con el enemigo y con la dificultad
de los caminos. Las bestias de carga que
llevaban el bagage fueron las que causaron
el mayor desorden ; porque heridas por los
montañeses se dexaban caer sobre los soldados
, y los arrastraban consigo á los precipicios.
Aníbal, siempre bien servido de la casualidad
, llegó á un castillo que era un almacén
de muchos víveres y ganados: le ganó
, y con aquel refresco se animó el exército
á superar las dificultades que tenia que
vencer. Otro motivo de alentarse fue la vista
de la Italia, que Aníbal mostró á sus sol-