compendio

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de valor. Los Latinos, debilitados en extre­
mo con esta derrota, sufrieron las condiciones
de paz que el vencedor quiso imponerles; y
este exigió que echasen de su pais todos los
desterrados. El soberbio Tarquino se vio en
la necesidad de ir á ocultar su confusión en
la Campania con el tirano Aristómenes, en
donde murió á los noventa años de su edad.
Con la paz volvieron á Roma las inquie­
tudes domésticas. La lucha de los acreedo­
res con sus deudores era motivo muy le­
gítimo de disensión , atendida la dureza
de las leyes en este particular. Quando un
deudor no pagaba después de haberle recon­
venido tres veces, tenia derecho el acreedor
para cargarle de cadenas, y tenerle en su
casa sujeto á los trabajos de mayor fatiga y
humillación, ó de venderle como esclavo. El
derecho del acreedor llegaba hasta la vida
del deudor. Quando eran muchos podían re­
partir el cuerpo del infeliz á proporción de
la cantidad que á cada uno debia. Dicen que
no tenia execucion esta ley bárbara ; pero
si exístia es muy posible que hubiese hom­
bres tan inhumanos que la pusiesen en prác­
tica. A lo menos hubo quien se valió del
derecho de servidumbre en todo su rigor.