compendio

2 I 6 COMPENDIO
Al día siguiente muy temprano se pre­
sentan los Cónsules en su tribunal: llevan los
presos, y Bruto sin alterarse fue el que pre­
guntó á sus dos hijos. Tres veces les mandó
que se justificasen, y otras tantas no dieron
mas respuesta que lamentos y sollozos. Rey-
naba en aquel lugar un horroroso silencio, y
alguna vez le interrumpían estas voces: Des­
terradlos , desterradlos. Callaba Valerio, llo­
raba Colatino , ya la ternura se iba apode­
rando del pueblo. Bruto con una voz en­
tera dixo á los lictores: Lictores, yo os en­
trego mis dos hijos : executad la ley. Tuvo este
padre valor para verlos desnudar sin apartar
sus ojos. Los azotaron con varas, y les corta­
ron la cabeza. Después de esta acción, que los
historiadores romanos llaman grandeza de alma
y constancia republicana, salió del tribunal,
dexando á su colega que decidiese de la suer­
te de los otros culpados. Colatino mas huma­
no concedió un dia á sus sobrinos para justi­
ficarse ; pero tuvo la imprudencia de querer
poner en mano de sus amos al esclavo de­
nunciador : esto era exponerle á que le en­
viasen al suplicio. Se opuso Valerio, que le
habia tomado baxo su protección, y para termi­
nar la diferencia volvieron á llamar á Bruto.