compendio

6 2 COMPENDIO
Como los malvados se adivinan los pensamien­
tos, consiguieron llenar el corazón de Herodes
de tantas sospechas, que arrastró con sus hi­
jos á Roma para acusarlos de alta traición.
Esta calumnia arrancó lágrimas de despecho
en ambos Príncipes : defendió Alexandro su
causa y la de su hermano con tal elocuencia,
que Augusto conoció que eran inocentes , y
no pudo menos de decir al padre , que los ha­
bia acusado con demasiada ligereza. Se recon­
ciliaron pues con Herodes; pero este era muy
asustadizo , sus hijos demasiado imprudentes, y
sus enemigos muy diestros, y así duró poco
la reconciliación.
Se renovaron las sospechas inspiradas por
los dos traidores; y antes de emplear contra
sus hijos la rabia del Monarca , le ofrecieron
otras mejores víctimas. Nadie estaba seguro en
palacio, y ninguno podia esperar á justificar­
se , porque la muerte seguía á la acusación.
Llegaron por último á acusar á los dos Prín­
cipes : Alexandro fue acusado de que tenia
ganado al mayordomo y al que servia la co­
pa , para envenenar al Rey. Puestos los dos
á qíiestion de tormento negaron constantes; y
atormentados de nuevo dixeron algunas pala­
bras que parecieron las suficientes para arres-