compendio

274 COMPENDIO
siempre los malvados lo previenen todo, y así
la cohorte enviada á sepultar los muertos ad­
virtió que todos eran Romanos, y habían caí­
do de un modo que daba á entender que
habían peleado contra Sicinio : y esta obser­
vación descubrió el horrible misterio que en­
cendió en el corazón de los soldados un fu­
ror reconcentrado que rompió con el segun­
do crimen de Apio.
Iba este una mañana á su tribunal, y
vio una doncella de extremada hermosura,
llamada Virginia , que según las costumbres
de aquel tiempo, iba á las escuelas públicas
llevándola el ama que la habia criado. Era
hija de Virginio , plebeyo pero distinguido
por su valor y probidad. Este quando mar­
chó al exército la dexó confiada á un tio
materno: y quando volviese su padre se habia
de casar con Icilio, que entonces se hallaba en
Roma, y habia sido Tribuno. El Decemviro,
atormentado de la pasión mas violenta, pro­
curó llegar á la doncella por medio de la
que la habia criado ; y no habiendo tenido
efecto la seducción , pasó á valerse de la vio­
lencia , para lo que sirvió de instrumento un
tal Claudio su cliente. Este ministro de la
pasión de Apio, acompañado de hombres mal-