compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL.
paran flechas, y cae sobre un montón de ca­
dáveres. Sus soldados, llenos de aquel fuego
que la religión enciende , le siguen por en­
tre las líneas, ya desordenadas con el primer
choque , y ganan una victoria completa. Se
dio esta batalla al pie del Vesuvio, de lo que
se infiere quanto se iban alejando los Roma­
nos de la capital. Las irrupciones de los Cau­
las , que ya empezaban á continuarse, precí 7
sáron á los pueblos de Italia á socorrerse unos
á otros. Los Romanos auxiliaban gustosos á*
los que estaban distantes, con el fin de tener
seguras sus propias fronteras. Camilo fue el
que les dio este sistema de guerra.
También su carácter emprendedor y el amor
desenfrenado á la gloria de su patria los hicie­
ron varias veces agresores , habiendo principia­
do por auxiliares : y de este modo llegaron á
sujetar, de una en otra, naciones que primero
los recibieron como aliados. Buen exemplar te­
nemos en Capua. Sus habitadores, gente pere­
zosa y afeminada , se prometían vida tranquila
baxo la protección de la república. Les inquie­
taron el reposo los Samnitas , y en su indolen­
cia reclamaron el socorro prometido en el tra­
tado de alianza ; y respondieron los Romanos:
„Mucho aflige al Senado vuestra situación; mas
TOMO IV. V