compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL, II9
necia al imperio persiano; mas hallándose la
mayor parte en poder de los Romanos, Ar-
taxares envió al Emperador embaxadores , si
así pueden llamarse quatrocientos hombres es­
cogidos , soberbiamente vestidos, y de una ta*
lia y fuerza extraordinaria. Prescribió á estos
mensageros palabra por palabra las que ha­
bían de decir , y ninguna dexáron. Introduci­
dos á la presencia del Emperador le hablaron
en estos términos: „E1 gran Rey Artaxares
ordena á los Romanos y á su Príncipe, que
evacúen la Siria y toda el Asía menor, y res­
tituyan á los Persas todo el país que está de
esta parte del mar Egeo y del Ponto , por
ser estados de sus mayores." No agradó al
Emperador Severo esta arenga, y por ser los
embaxadores fuertes y robustos, los destinó á
cultivar las tierras que les señaló en Frigia:
los hizo despojar de sus ricos vestidos para
darles otros mas conformes á su nuevo esta­
do. La fanfarronada de Artaxares no tuvo el
éxito que pretendía , y el que con sus fie­
ras amenazas se había impuesto la obligación de
atacar, se vio reducido á la defensiva. No
obstante el triunfo de Severo en Roma, y el
soberbio renombre de Pártico y Pérsico con
que se honró, no debe creerse que sus feli-