compendio

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cesidad, y para que viesen los Romanos que
quando no se determinaban á morir en el campo
de batalla, no tenían que esperar de la patria
; no admitieron ninguna de las dos proposiciones
, y alistaron los delinqüentes y los
esclavos. Los aliados se apresuraron á dar su
contingente : recibieron algún refuerzo de los
exércitos romanos de Sicilia y de otras partes
, que enviaron prontamente destacamentos.
También tuvieron noticias ventajosas de España
, en donde los dos Escipiones continuaban
la guerra con felicidad.
Tomó fuerzas el valor por el tiempo que
dio á los Romanos el General cartaginés. Manerbal,
después de la batalla de Canas, le
aconsejaba que fuese derecho á Roma; y viendo
que no admitía el consejo, refieren que dixo
este oficial : Bien sabéis vencer, Aníbal; pero
no sabéis aprovecharos de la victoria. Mas todavía
es un problema saber quien tenia razón,
el General ó el oficial. Aníbal, debilitado por
sus propias victorias , se hallaba á la cabeza
de un exército valeroso, pero sin auxilios, sin
Víveres asegurados, y sin las máquinas necesarias
para un sitio. Ninguna ciudad se habia
declarado por él; y si no tomaba á Roma
por asalto, lo que no podia esperarse de una