compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 339
suadirse á que hombres que hablaban con
tanta resolución no estuviesen prontos á todo
trance; y así les cedieron lo que pedían.
Entre tanto iba creciendo el nublado de
donde habia de salir contra los Romanos una
terrible tempestad. Amilcar, el que negoció
la paz de Sicilia , cuyas condiciones habían
agravado los Romanos, nunca se olvidaba de
esta afrenta. Tenia notado que los Romanos
solo eran temibles por las pequeñas potencias
de Italia que se les juntaban, y de ellas
componían sus fuerzas. Resolvió á su imitación
extender en España las conquistas de
los Cartagineses, por estar los Españoles divididos
en una infinidad de estados. De este
modo pensaba sacar de ellos el mismo
auxilio que los Romanos sacaban de Italia.
Antes de partir á esta empresa, de que pendía
la suerte de las dos repúblicas , ofreció
Amilcar un sacrificio á Júpiter; y quando
ya iba á inmolar la víctima, tomó de la
mano á Aníbal su hijo, que no pasaba de nueve
años, y le dixo : ,, Prométeme conservar
enemistad eterna con los Romanos. Sí, le respondió
el niño : yo les juro un odio inmortal."
Cumplió con fidelidad su juramento.
De su padje aprendió el arte de ven-
Y a