compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 249
ralxm juntas su desgracia y la de fconia. i,\o-
sotras sois, dixo Valeria, el único recurso que
nos resta ; y asi venimos á suplicaros que sal-
veis nuestros bienes con nuestro honor y li­
bertad : venid con nosotras al campo de Co-
roliano: llevad esos tiernos niños que podrán
mover el corazón de su padre : vuestra pre­
sencia conseguirá que prefiera la conservación
de su triste familia á su justo resentimiento,
y á qníintas ventajas pueda esperar de los Vols-
cos." La madre y muger de Coriolano , que
todavía lloraban aquella seca despedida con que
las habia dexae'o, se negaban á experimentar
su poco influxo para con un guerrero soberbio
con sus fuerzas, y que solo respiraba vengan­
zas. No obstante se dexáron vencer con las ins­
tancias de Valeria y sus compañeras , y mar­
charon con el consentimiento del Senado.
Advirtieron á Coriolano, que salía de Ro­
ma una fila de carros llenos de señoras que
diripian su marcha hacia el campo. Ya él sos­
pechó el objeto de embaxada tan extraña , y
se propuso recibirla con la misma atención y
respeto que á los ministros de la religión, pe­
ro sin concederlas nnda. No obstante empie­
za su constancia á titubear al ver que iban las
primeras su madre y su muger. Manda que