compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 295
var mas que sus vestidos. Camilo, que iba
volando á socorrerlos, llegó tarde, y ya los
halló en el camino tan lastimosamente despo­
jados. Sin detenerse , conociendo que los ven­
cedores, ocupados en repartir el botín, podían
ser sorprehendidos , marcha á Su tria : entra
en la ciudad: arroja de allí á los Toscanos. y
restablece á los habitantes en sus casas. De
este modo tuvo el placer de ponerlos en po­
sesión de aquellas comodidades domésticas, cu­
yo precio tanto mas se conoce, quanto mas
cerca nos hemos visto de perderlas.
De Camilo se dice que no dio jamas ba­
talla en que no consiguiese la victoria com­
pleta ; que nunca sitió ciudad que no toma­
se ; que no sacó exército á campaña sin traer­
le coronado de gloria y cargado de botin.
Muchas veces debió sus aciertos tanto á su
valor personal, quanto al ardor de sus sol­
dados ; porque no hubo General mas hábil
para encender de nuevo el zelo ya entibia­
do , y para animar un exército quando le
veia titubear. „Compañeros, decia á sus sol­
dados : asustados por el número de enemi­
gos , ¿ en donde está aquella alegría y de­
seo de pelear , que siempre he observado
en vuestras miradas? ¿Os habéis olvidado