compendio

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ra , replicó el embaxador ; y al oir estas palabras
gritó la facción Barcina: ¡Guerra! ¡guerra!
Esto bastó para decidirse de común acuerdo
que se degollasen entre sí millares de
hombres.
¡A qué no se atreve el deseo de gloria".
¡ á qué de peligros no expone á sus soldados
la confianza de un General (2785}! De
las costas meridionales de España parte Aníbal
á la cabeza de cincuenta y nueve mil
hombres, de los quales los cincuenta mil eran
de infantería , para acometer á la república
romana en el centro de su imperio. Tenia
tomadas las medidas mas prudentes para asegurar
las posesiones de Cartago en España,
y dexó en esta á su hermano Asdrubal con
fuerzas capaces de hacer frente a las de los
Romanos; y para tener mas seguridad de las
tropas que le confiaba, hizo un cambio de
Españoles con Africanos: llevó á España quince
mil de estos, y los reemplazó en África
con un cuerpo de caballería española. También
se informó sobre si podía esperar que
concurriesen los Gaulas cisalpinos y transalpinos
quando llegase á su pais : y supo con
grande satisfacción suya que el odio y los
zelos de aquellos pueblos contra los Roma-