compendio

298 COMPENDIO
y conciliador de los ánimos. Roma, que pue­
de gloriarse de haber dado al mundo muchos
bellísimos modelos, tal vez no presentará otro
tan magnífico como el incomparable Camilo.
Entre los envidiosos de este grande hom­
bre se distingue sobre todos Manlio Capito-
lino, el que salvó el capitolio. Siempre traia
en la boca esta hazaña, y la prefería á todas
las de Camilo, diciendo: „Si yo no hubiera
salvado el capitolio y la ciudadela, no hubie­
ra podido Camilo tomar á Roma ; y así su
gloria se funda sobre la mia." A lo que pa­
rece era este Manlio presuntuoso, infatuado
de su mérito, y persuadido á que nada habia
que no pudiese pretender después de una ac­
ción tan heroyca como la suya. Se cree que
aspiraba á la soberanía, bien que no está pro­
bado ; pero mezclarse con el mas vil popu­
lacho , pagar las deudas agenas, vender sus
bienes , y arruinarse por hacer partidarios: si
no es prueba de ambición desmesurada , es una
locura que muchas veces , en vez de colocar
en el trono, lleva al cadalso. Ni aun tenia
Manlio la destreza de un conspirador ordinario,
porque creia ocultar su intención con decir que
solo pretendía establecer la igualdad , que debe
ser el fundara ento de una buena república; y