compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 223
defendió el tiempo suficiente para ser socorri­
da de un cuerpo de Clusianos con que llegó
el mismo Porsena ; y esta perfidia le enemis­
tó irrevocablemente con los Tarquinos. Se re­
tiro pues amigo de los Romanos sin pedirles
nada: y sabiendo que estaban acosados de ham­
bre , mando á sus soldados, por un rasgo de
fina generosidad , que dexasen todas sus pro­
visiones en el campo. Regaló á Clelia un her­
moso caballo soberbiamente enjaezado. Los Ro­
manos en testimonio de su reconocimiento le­
vantaron á Pórsena una estatua : le enviaron
una cadena de marfil, un cetro y una corona
de oro con una ropa triunfal. Mucio, por so­
brenombre Escévola; esto es, el zurdo, por­
que solamente podia servirse de la mano iz­
quierda , recibió de la república presentes ho­
noríficos y útiles. La memoria de la genero­
sidad de Pórsena se ha perpetuado de ge­
neración en generación con la fórmula esta­
blecida para la venta de los efectos pertene­
cientes al público. El Heraldo gritaba: Aquí
están los bienes de Pórsena.
No desconfiaban los Tarquinos, y des­
pués de los Etruscos suscitaron á todos los
Latinos contra los Romanos; pero contaban
menos con la fuerza que con los ardides. Ha-