compendio

DE LA HISTORIA UNIVERSAL. 3$£
laclasen á la África, y obligar á los Romanos
á la paz, que debiera ser el objeto de la expedición.
¿Mas quando la pasión discurre bien?
¿Y quando el pueblo, si le preguntan, no
prefiere el consejo del que exhorta á no dar
cosa alguna? Todo se le negó á Anibal; y así
se vio abandonado á sí mismo.
No solo á su exército gustaban las delicias
de Capua: el mismo Anibal, guerrero
sublime en la austeridad de las campañas, que
jamas habia gozado de los delicados placeres,
se mostró demasiado sensible á los encantos de
un descanso voluptuoso, y le dexó con bastante
sentimiento para ir á atacar á Ñola, en
donde Marcelo, General romano, se habia encerrado
con sus tropas. Se lisonjeaba de que
la tomaría presto, porque contaba con los habitadores
, á los quales siempre habia manifestado
mucha atención, y entre otros á Bando,
que era uno de los principales de la ciudad.
Combatiendo este guerrero en Canas por
los Romanos, habia caído penetrado de heridas
al lado de Paulo Emilio , á quien habia
defendido hasta faltarle las fuerzas. Hallándole
arrojando sangre en el campo de batalla,
le hizo curar Anibal con mucho cuidado, sabiendo
que el prisionero era de Ñola; y des-
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