compendio

I 2 COMPENDIO
Los pretendientes á la primera dignidad
dividieron en bandos al pueblo: la ciudad si­
tió á la ciudadela, y las cabezas de los ban­
dos eran dos hermanos que alternativamente
se vieron vencedores y vencidos. No omitían
castigo alguno de tormentos ó de muerte con­
tra los que se les oponian. Antioco , reclama­
do por uno de los partidos, todo lo llenó de
horror: tomó la ciudad en tres dias, y fue­
ron vendidos á los vecinos pueblos hasta qua-
renta mil Judíos, y se llevó los vasos, or­
namentos y dinero del templo. Impelido de
una especie de rabia contra esta infeliz nación,
la hizo sufrir la pena de humillación que él
habia sufrido en Egipto de parte de los Ro­
manos ; y así dixo á Apolonio, que era uno de
sus tenientes: Ve á saquear las ciudades, pa­
sa los hombres á cuchillo, y vende sus hijos
y mugeres. Con toda exactitud se executó es­
ta cruel orden, principalmente en Jerusalen.
Esperó Apolonio que llegase el dia del sá­
bado , quando se juntaban los Judíos, y no po­
dían defenderse : soltó los soldados contra la
multitud desarmada: después de la matanza
entregó la ciudad al saqueo; y los Siros, que
destruyeron los mas hermosos edificios, edificaron
con las ruinas en la ciudad de Da-