Año 12, t. 16, entrega 1 (1905) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

Anales de la Universidad 119
1885, según el cual «el objeto de la enseñanza secundaria será
ampliar y completar la educación é instrucción que se da en las
escuelas primarias y preparar para el estudio de las carreras científicas
y literarias».
Para disminuir dentro de los resortes administrativos los tropiezos
á que da origen el régimen actual, estableció el Consejo
que el examen de ingreso se regiría por el programa de las escuelas
públicas en las cuatro materias á que se refiere la ley, y
que de las mesas examinadoras formaría parte una maestra ó
maestro de enseñanza primaria. Tratábase de normalizar las condiciones
de la prueba y averiguar el grado efectivo de preparación
escolar de los candidatos. El resultado del ensayo ha sido
decisivo. En concepto de las distinguidas maestras de enseñanza
primaria que integraron las mesas, son muy pocos los alumnos
que se encuentran preparados para cursar los estudios secundarios,
y en cambio son muchos los que por acreditar alguna suficiencia
en las cuatro materias de la ley, tienen que ser aprobados
en el acto del examen.
Es un mal gravísimo que tiene que repercutir y que repercute
forzosamente, primero en la sección de enseñanza secundaria y
luego en las facultades superiores. Puede asegurarse que el vicio
fundamental de la enseñanza universitaria, emana de esa absoluta
falta de preparación en la población infantil que ingresa año por
año en la Universidad. Con la adopción del programa de las escuelas
públicas de segundo grado, se daría un gran paso en el sentido
de la reforma, haciéndose forzoso el estudio amplio y gradual
de todas las asignaturas de ese programa, y promoviéndose
el desarrollo de aptitudes ó facultades de absoluta necesidad en
la enseñanza secundaria y superior.
Cuando esa reforma se realice, y creo que la Asamblea no tardará
en responder á la espectativa universitaria, habrá llegado la
oportunidad de planear algunas reformas dentro de los programas
y métodos vigentes en la enseñanza primaria. Por ejemplo, la experiencia
demuestra que por regla general el alumno que sale de
la escuela primaria no tiene el hábito de la lectura de pequeños
textos, que adquiere positiva importancia en los estudios más fundamentales
de la Universidad.