Año 12, t. 16, entrega 1 (1905) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

76 Anales de 'a Univer.sidad
Jueces los Tribunales ordinarios, ¿debe aquél abstenerse, y las
partes interesadas pueden exigir que dichos Tribunales se
pronuncien previamente al respecto?
"Esta cuestión no puede presentarse sino en casos excepcionales,
porque las verificaciones á que se refieren son en
general extrañas á la Administración. Sin embargo, hay casos
en que la decisión administrativa implica la apreciación
previa de cuestiones de esa índole. Así, el Ministro del Interior,
á quien la ley de 3 de diciembre de 1849 confiere el
derecho de dictar decretos de expulsión contra los extranjeros,
los Ministros que tienen que liquidar pensiones civiles ó
militares y que deben rehusarlas á aquellos que han perdido
la calidad de franceses ó que han incurrido en ciertas condenaciones
judiciales, tienen que apreciar cuestiones de nacionalidad
ó de derechos civiles. Lo mismo, las autoridades
encargadas de formar los roles de la contribución inmo
biliaria, de puertas y ventanas ó de tasas imponibles á las
propiedades comprendidas en una asociación sindical, tienen
á menudo que verificar cuestiones de propiedad.
"En estos diferentes casos, ¿el examen de tales cuestiones
de orden civil debe ser sometido á los Tribunales judiciales
antes de dictarse la decisión administrativa? Seguramente no.
Ni los roles de contribución, ni los decretos de expulsión, ni
las denegaciones de pensión, ni ningún otro acto de Administración
activa que implican la apreciación de ciertos
derechos civiles, podrían ser retardados por los procedi
mientos judiciales. A diferencia de las decisiones jurisdiccionales
que deben siempre ser aplazadas en presencia de una
cuestión prejudicial, las decisiones administrativas siguen su
curso y los interesados no pueden pedir que se subordinen
á un juzgamiento previo de los Tribunales
"¿Por qué esta diferencia? La razón es simple: la cuestión
prejudicial es, por su naturaleza, el elemento de un juicio;
ahora bien, nosotros creemos haberlo ya establecido: el administrador
no juzga sino que obra. Sin duda él verifica, él
aprecia los motivos de su acto y las objeciones que pueda
levantar; pero esta operación es inseparable de toda acción