Año 12, t. 16, entrega 1 (1905) - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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202 Anales de Ja Universidad<br />
tura de los cuerpos, á sus combinaciones; en Biología, cuestiones<br />
como las <strong>del</strong> origen de las especies, la herencia, etc. Esto, aunque<br />
sólo se trate de sugerir, de indicar, y no de profundizar, tiene un<br />
gran valor como excitante mental. En Cosmografía, se discutía<br />
sobre la constitución física <strong>del</strong> sol, de los cometas, etc.; en Geografía,<br />
sobre la causa de los volcanes, terremotos, y así en lo demás.<br />
Por un error, se ha creído que la necesidad de hacer práctica<br />
la enseñanza, obligaba á suprimir ó á estrechar todo esto, cuando<br />
el verdadero enemigo de la práctica no es la teoría (su mejor aliado),<br />
sino algo muy distinto: la erudición en el sentido estrecho <strong>del</strong><br />
término, ó sea la acumulación de hechos y datos que recargan la<br />
memoria sin provecho.<br />
Agregúese que, por falta de vigilancia y de inspección, lo verdaderamente<br />
bueno ha degenerado, como lo probaré mostrando<br />
á qué están reducidas, salvo excepciones, las clases prácticas y la<br />
parte práctica de los exámenes.<br />
Y, sobre todo, la reducción de programas y textos ha ido tan<br />
lejos, que, sin duda alguna, el justo medio ha sido pasado por defecto.<br />
Se ha producido así, un hecho que podría compararse á otro<br />
fisiológico muy interesante.<br />
Supongamos un hombre sano y normal que se alimenta con la<br />
abundancia necesaria. Un día se hace este razonamiento: al dar á<br />
mi estómago, á mis intestinos, etc., sustancias tan fuertes y difíciles<br />
de asimilar, los someto á un exceso de trabajo y los expongo<br />
á un verdadero surmenage. Me conviene, pues, reducir mucho la<br />
cantidad de alimento y escogerlo entre las sustancias más fácilmente<br />
digeribles; tomar, por día, un poco de leche, de sopas; si es<br />
posible, tomar los alimentos ya medio digeridos, etc. El resultado<br />
matemático de este régimen será que, en vez de conservar y aumentar<br />
la fuerza digestiva, se originará un debilitamiento tal, que,<br />
al cabo de cierto tiempo, ni siquiera será posible digerir esa misma<br />
alimentación de convaleciente.<br />
Supongamos un hombre sano y normal que camina una legua ó<br />
dos por día. Se le ocurre que con eso debilita sus músculos; que<br />
se surmene, que gasta demasiada energía, y que, para ahorrarla, le<br />
conviene no caminar más de una cuadra diaria. Es seguro que, al<br />
cabo de algún tiempo, hasta esa cuadra le costará caminar.