Año 12, t. 16, entrega 1 (1905) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

Anales de la Universidad 201
Las ideas directrices deben ser: intensificar la enseñanza
teórica (en el sentido que antes expliqué), hacer de la enseñanza
práctica una verdad y reducir á lo necesario el registro mnemónico.
Además, impedir que la enseñanza de las clases se reduzca
al mínimum exigible de los exámenes,
4.^ Además de las instrucciones generales, en que se dará forma
á esas ideas directrices y se condensarán algunas indicaciones
pedagógicas de carácter general, habrá instrucciones especiales
para enseñar cada materia.
El objeto de unas y otras será el siguiente:
En el actual estado de cosas, si un profesor enseña mal, ni el
Decano ni el mismo Rector tienen facultad para hacerle observaciones,
mientras no se salga del programa. Ahora bien: un programa
puede enseñarse de muchos modos: buenos, malos y pésimos.
Quiere decir esto, en resumen, que el Consejo, y en general
las autoridades universitarias, no pueden influir eficazmente sobre
la enseñanza, á no ser por la persuasión; pues así como puede enseñarse
bien con programas malos, puede enseñarse pésimamente
con programas irreprochables.
En cambio, si el programa contiene, además de la fijación y ordenación
de los puntos que han de estudiarse, algunas indicaciones
sobre la manera cómo debe ser entendido y enseñado, los cuales
tendrán así fuerza reglamentaria, se hará mejor la enseñanza, des -
de luego; y, si se hace mal, el Rector y el Decano, en sus visitas,
tienen el medio de corregir los defectos que observen.
Hago notar, y esta es una consideración decisiva, que lo que
propongo es, simplemente, que el Consejo haga uso de la atribu-
«ión que le concede la ley (artículo 34, inciso 3.") de «prescribir
los métodos... de enseñanza >. Los métodos figuran en el artículo
junto con los programas y los textos; pero hasta ahora, sólo á estos
últimos se ha concretado la acción del Consejo (1).
A esta obra, pues, realizada gradualmente y con la colaboración
de los señores profesores, pienso consagrar mis dos años de decanato;
pero, como era necesario sentar de antemano algunas con-
(1) Figura como excepción la reglamentación pedagógica de la clase de Práctica de Francés,
debida, según creo, al vocal doctor Montero PauUier.