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CAPÍTULO ESPAÑOL DE FLEBOLOGÍA DE LA SEACV 93
ces científicos que se produzcan en las mismas.
3. Velar por la defensa y correcta práctica de
este campo de la patología vascular.
ACTIVIDADES
Para la consecución de dichos fines, se llevan
a cabo, previo cumplimiento de los requisitos
legales establecidos, las siguientes actividades:
1. Reuniones científicas ordinarias.
2. Reuniones científicas extraordinarias.
3. Grupos de trabajo y actividades diversas
de carácter científico o social, recabando,
en su caso, el apoyo de organismos oficiales.
4. Cooperación con las organizaciones nacionales
o extranjeras, cuyos objetivos e intereses
sean afines a los del CEF.
5. Utilización como órgano de difusión de sus
actividades la revista Angiología.
FUNDACIÓN DEL CEF
En las primeras páginas del libro de actas del
CEF, el doctor E. Samaniego anticipa una breve
reseña histórica al documento del acta de
constitución y explica las connotaciones que
en aquel momento incitaron a pensar en la
necesidad de una sociedad que profundizara
en los aspectos flebológicos de la angiología
y que acortara las diferencias de protagonismo
con la patología arterial.
Además de servir de homenaje a los iniciadores
de este viaje, he querido respetar y no alterar
o malinterpretar el contenido, por lo que
trascribo las palabras, tal y como las escribió
el doctor E. Samaniego y como aparecen en el
libro de actas:
BREVE RESEÑA
HISTÓRICA DEL CAPÍTULO
DE FLEBOLOGÍA
«Hacía años que existía el deseo de fundar una
sociedad de flebología de ámbito nacional, no
sólo por un sector de miembros de la Sociedad
Española de Angiología y Cirugía Vascular
(SEACV), sino por parte también de grupos
no vinculados a la SEACV y apoyados por la
Unión Internacional de Flebología (UIF)».
PRIMAVERA, 1989
REUNIÓN DE LA SOCIEDAD NORTE
DE ANGIOLOGÍA Y CIRUGÍA
VASCULAR (SNACV)
«Durante la asamblea surge el tema de que
han aparecido una serie de artículos de prensa
sobre el tratamiento de las varices, etc.,
haciéndose una propaganda deontológicamente
dudosa. Por este motivo, el colectivo de especialistas
de Aragón solicitaba en asamblea la
intervención de la SNACV en este asunto y,
además, se propuso la fundación de una sociedad
española de flebología. Ambos temas fueron
apoyados por abrumadora mayoría. El
primer punto lo trasladamos a la SEACV,
que, tras pedir amplia información al doctor
Marco Luque, encargó de este caso a dos
miembros del comité científico: los doctores
Güell y Barreiro.
»En cuanto a la creación de una sociedad española
de flebología, como presidente de aquella
asamblea, me comprometí a encauzar este
mandato. Coincidió, en ese momento, que yo
era presidente de la Norte y vicepresidente de
la Española de Angiología y Cirugía Vascular.
Estaba en mi ánimo que no existiera una sociedad
de flebología desligada de la SEACV. A
partir de este momento, y con el apoyo mayoritario
de ambas directivas, se inició el cami-