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dad de información que supone, sino también
porque algunas facetas de la misma van a ser
expuestas con más detalle y criterio en otros
capítulos de la obra.
Aunque de las primeras ediciones (1954-
1958) quedan escasos datos, parece evidente
que en ellas debía primar el objetivo primordial:
el interés común de un grupo de médicos-colegas-amigos
en «los pacientes con
afecciones circulatorias que estaban en las
salas hospitalarias sin responsables concretos
de su enfermedad». Fue un grupo que se
fue gestando en el Instituto Policlínico de
Barcelona desde los años 1940, fundamentado
en la persona y personalidad del doctor
Fernando Martorell, y que aglutinó el interés
de compañeros de otras ciudades de
España.
Personalmente, no tengo referencias de lo que
trataban, pero podemos imaginárnoslos
comentando sus casos, describiendo síntomas
y hallazgos exploratorios, buscando explicaciones
y aportando o recabando posibles soluciones.
Seguro que eran entusiastas y tuvieron,
o mejor se merecieron, la suerte de vivir
una época, a mi juicio, ilusionante, llena de
retos, posiblemente de dificultades, pero sobre
todo una época llena de definiciones. Fueron
ellos quienes empezaron, en nuestro país y
también fuera, a definir y señalar el entorno
y contenido de nuestra especialidad.
Era la época de las descripciones de síndromes
y cuadros vasculares; isquemias, aneurismas,
flegmasias, linfedemas, malformaciones
vasculares, síndromes funcionales; la de los
diagnósticos basados en la exploración con
maniobras más o menos sofisticadas o en la
«exploración roentgenológica» simple o contrastada.
Los tratamientos eran fundamentalmente
médicos y, cuando era precisa la cirugía,
ésta era lo más conservadora posible.
HISTORIA DE LA SEACV. 50.º ANIVERSARIO. 1959-2009
Estos temas serían, sin duda, los que ocuparían
las primeras jornadas.
En 1959, este grupo creyó llegado el momento
de constituirse en una Sociedad profesional
que permitiera, no sólo normalizar las reuniones
bajo el punto de vista legal (dada la restrictiva
situación de la época respecto a las mismas)
sino también crear unas normas para las
jornadas en cuanto a su estructura, organización
y responsables de organizarlas, y que además
impulsara la labor asistencial y el concepto
de especialidad angiológica que, aunque de
forma oficiosa, se estaba ejerciendo de facto.
En la década siguiente (1959-1969), aunque
se mantienen las mismas tendencias, aumentan
las posibilidades diagnósticas (oscilometría,
oscilografía, capilaroscopia, angiografía
por cateterismo); persiste la indicación médica
en los tratamientos, pero la cirugía venosa
(varices) es de uso común y, aunque la cirugía
por isquemia, fundamentalmente la simpatectomía,
sigue siendo en gran parte conservadora,
cada vez cobra más auge la cirugía arterial
directa. En este sentido, hay un grupo de
especialistas que, en Santiago de Compostela
en la Cátedra de Patología Quirúrgica (doctor
Pintos) y fundamentalmente en Barcelona, realizan
habitualmente estas técnicas de cirugía
directa (fig. 13).
En 1964, se crea el primer servicio específico
de Angiología y Cirugía Vascular de España,
dirigido por el doctor Capdevila en el
Hospital General de Asturias (hoy Hospital
Central de Oviedo); posteriormente aparecerán
los de la Ciudad Sanitaria Francisco
Franco (hoy Valle de Hebrón) dirigido por el
doctor Sobregrau, el del Hospital de la Santa
Cruz y de San Pablo del doctor Sala Planell y
el que, dentro de la Cátedra de Patología
Quirúrgica de Santiago de Compostela, dirige
el doctor Pintos.