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CAPÍTULO XX
ANGIOLOGÍA Y CIRUGÍA
VASCULAR Y LA UNIVERSIDAD
Eduardo Ros Díe
INTRODUCCIÓN
En nuestras medallas académicas llevamos
esculpido el lema:
perfundet omnia luce
que define con esa sencillez la misión de la
universidad.
El profesor Mayor Zaragoza terminaba su discurso
de investidura como doctor honoris causa
por la Universidad de Granada con este
lema y añadía su preocupación al ver a tantos
hijos de aquella generación, que luchaba
por desencadenarse hace unos años, sometidos
a distintas adicciones y sin ánimo para
rebelarse contra la expropiación de su espíritu,
contra su libertad.
Esa es la misión de la universidad. Si aceptamos
una definición clásica, la universidad es
la unión de profesores y alumnos para la consecución
de los fines que tiene encomendados.
No obstante, esta aparente concreción
se difumina cuando lo hacen los límites entre
alumnos y profesores. Yo prefiero entender
que «universidad» es todo aquello que cumple
con la misión de la univer sidad, esté o no
sujeto a los corsés administrativos que la universidad,
como entidad, tiene.
Así es más fácil empezar a ubicar la Angiología
y Cirugía Vascular dentro de la universidad.
Esta especialidad médico-quirúrgica existe
como tal desde hace apenas 40 años. La uni -
versidad, que en nuestro país existe desde hace
más de seis siglos, se había ocupado de la An -
gio logía y Cirugía Vascular desde que la medicina
se incorporó como ciencia a los saberes
que se debatían y transmitían en su seno.
NUESTRA HISTORIA
DESDE 1959
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Es sabido que la Sociedad Española de Angio -
logía y Cirugía Vascular se funda el 12 de junio
de 1959. La universidad española, en el año
1959, se encontraba inmersa en una etapa de
autocomplacencia después de haber superado,
académicamente, los catastróficos resultados
de la Guerra Civil española. Como consecuencia
de esta contienda, la flor y nata de la universidad
española había tenido que exiliarse,
había sido depurada o, incluso, había sido fusilada.
De esta forma, se habían perdido figuras