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ESTATUTOS DE LA SEACV 67
cio y con la del doctor Puras, posteriormente,
permitió allanar el camino a los numerosos
reparos expresados por el doctor Matas, que
finalmente se avino al consenso. A todos ellos
quiero expresar mi gratitud por su generosidad
en comprender que la Sociedad somos
todos y que las partes deben coordinarse con
el todo. Conviene recordar que el rival no es
el colega de la Sociedad, sino el que pretende
adjudicarse terapias que nos son propias.
Sin embargo, todo ello no hubiese sido posible
sin la inestimable ayuda de destacados
miembros de la junta directiva, entre los que
quiero mencionar, especialmente, al doctor
Marinel·lo (uno de los buenos secretarios que
ha tenido la sociedad) y al doctor González
Fajardo, juntamente con el doctor Francisco
Lozano. De ellos, siempre obtuve el sentido
común y asesoría que son fundamentales para
la elaboración de unos estatutos. Inicialmente
se creó una comisión formada por miembros
destacados de las cuatro últimas juntas directivas,
que tuvo su primera reunión en Madrid
en 2006. Con ellos, pudimos constatar la unanimidad
para que, efectivamente, los estatutos
de la SEACV fueran actualizados. También
aportaron todas aquellas visiones y puntos de
vista que consideraron de interés para su inclusión
en la redacción final estatutaria. Todos
trabajamos sobre un texto borrador, que incluía
la tradición de nuestra Sociedad y la praxis
de una sociedad grande y moderna como es la
Asociación de Cirujanos. Asimismo, tuvimos
en cuenta otros modelos de estatutos que nos
pudiesen orientar sobre las tendencias actuales
de la reglamentación estatutaria de las
sociedades científicas españolas.
No obstante, para la redacción fueron fundamentales
las opiniones, entre otras, de miembros
sénior de nuestra Sociedad y, en particular,
del doctor Miguel Ángel Marco Luque,
doctor Fernando Vaquero y doctor Ricardo
Gesto. Con sus comentarios e interminables
nuevos redactados, al final pudimos consensuar
un texto suficientemente amplio para que
fuese aceptable por los socios, como se demostró
en la asamblea de 2008.
Si hubiese que destacar algunos rasgos de los
nuevos estatutos, éstos serían:
1. La ampliación de los objetivos de la
SEACV, que no sólo se limita al estudio e
investigación de la patología vascular, sino
que se incluye la posibilidad de asesorar a
las administraciones públicas en los aspectos
de planificación y docencia de nuestra
especialidad. Promueve la creación de servicios
y unidades en todo el país y vela por
la buena praxis médica de la ACV.
2. Regula la representatividad profesional,
científica y técnica de todos sus socios en
relación con las instituciones y organismos
nacionales e internacionales. Este
hecho, en una época en que la UE emite
directivas, nos parece de gran importancia.
3. Normativiza, a falta de reglamento, las
actividades científicas. Se especifica (art.
6, título 2.º del cap. 2.º) que el servicio
organizador del congreso, no ubicado en
Madrid o Barcelona, presentará a la junta
directiva y, posteriormente, a la asamblea
un proyecto que incluya todos los
aspectos, tanto científicos como logísticos
y financieros (naturalmente, en coordinación
con los capítulos). La finalidad es el
control de la calidad de la reunión y que
los posibles excedentes que estas reuniones
generen reviertan en beneficio de la
sociedad. No se quieren anular los actos
sociales; se pretende racionalizar los gastos.
Evidentemente, las que se lleven a cabo
de forma bienal en Madrid y Barcelona
serán responsabilidad de la junta directiva.