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se soltaron las pinzas isquemizantes inferiores,
y vuelto el enfermo y soltando las pinzas
de la anastomosis superior y abandonada la
compresión de la femoral, se pudo observar
que la corriente se precipita con energía a través
de la anastomosis superior, por encima de
la cual salió un finísimo hilo hemorrágico (una
pequeña punción hecha accidentalmente en
la arteria por encima de la anastomosis con
la punta del bisturí), que se cohíbe con un punto
de sutura. La vena poplítea cambia su color
en rojo arterial, latía enérgicamente en todo
su trayecto y hasta transmitía la corriente por
la vena safena externa, que latía a su vez. La
arteria poplítea por debajo de la anastomosis
latía también claramente, aunque con menos
energía que la vena poplítea aplicada al saco
aneurismático. Las arterias pedia y tibial posterior,
sin pulsación durante el acto opera torio,
comienzan ahora a latir clara pero débilmente.
Quedó, pues, demostrada la permeabilidad
inmediata de ambas anastomosis y la persistencia
de la circulación de la pierna y el pie.
El color de la extremidad cambió de cianótico
a rosado, después de soltar las pinzas isquemizantes.
Todos estos datos pudieron comprobarse,
y se comprobaron por cuantos
presenciaban la operación. Durante el postoperatorio,
el paciente presentó edema de revascularización
de la extremidad y supuración
por herida quirúrgica. Tras 18 días de la cirugía,
el paciente, aunque de estado general algo
débil, conserva la circulación arterial en el
miembro, que goza de calor y color normales,
y la tumoración aneurismática está ya muy
retraída.»
Tras esta intervención Goyanes escribirá:
«Termino expresando mi sincero deseo de
que el nuevo método alcance repetidos éxi-
HISTORIA DE LA SEACV. 50.º ANIVERSARIO. 1959-2009
tos y de que sea aceptado por mis distinguidos
colegas operadores; así se verán satisfechos
con creces mis anhelos por el adelanto
de la técnica en una rama quirúrgica tan interesante,
moderna y fecunda en promesas…».
Como hemos comentado, Lexer (14), seis meses
más tarde, publica su primer caso de reparación
de un aneurisma axilar e interposición
de un injerto venoso. En Estados Unidos, la
primera cirugía de reparación de un aneurisma
(poplíteo) con interposición de un injerto
de vena safena fue realizada por Berheim en
septiembre de 1915. Sin embargo, a pesar de
los buenos resultados en series cortas que
tuvieron estos y otros cirujanos con esta técnica
en los años posteriores, el método ideal
de reparación de los aneurismas no se impuso.
Entre otros, René Leriche, dio la espalda
a las reconstrucciones arteriales durante
muchos años. En 1938, Rudolph Matas, en el
Congreso Interna cional de Cirugía presentó
su casuística con 357 aneurismas tratados por
endoaneurismorrafia. Para Leriche, esta técnica
sería el más importante progreso logrado
en la cirugía de los aneurismas.
Será un discípulo suyo, Jean Kunlin, en 1948,
el que recupera la utilización del bypass venoso,
dicha técnica se popularizó rápidamente.
Goyanes realizó gran variedad de técnicas
de cirugía vascular, como las ya comentadas
cirugía de aneurismas arteriales, suturas ve -
nosas y reparación de aneurismas postraumáticos.
Espero que las jóvenes generaciones de cirujanos
vasculares puedan acercarse y reivindicar
la figura de Goyanes como pionero de
la moderna cirugía vascular (fig. 9).